Ninguna iglesia de denominación cristiana celebra esta fecha. Los católicos, no celebramos y nunca celebraremos una noche dedicada a la exaltación de la brujería en ninguna de sus formas.
2. Va contra las enseñanzas de Jesús. Jesús está en contra de la brujería en todas sus formas: espiritismo, hechicería, adivinación, lectura de cartas, horóscopos, astrología y tantas máscaras con que se encubre la maldad. Estas han sido declaradas enemigas de la Palabra de Dios desde tiempos muy remotos y van contra todas las enseñanzas de nuestro Señor, quien dice claramente que «el que no está conmigo está contra mí». Hay innumerables referencias bíblicas donde se condena el uso de toda estas clases de mal.
3. Ocurren horribles sacrilegios contra la Eucaristía.
4. Sirve para rendir culto a satanás. Aunque en apariencia es una actividad recreativa y muy llamativa, sobre todo para los niños, su verdadero significado sigue oculto a nuestros ojos. En muchos países, incluyendo el nuestro, los grupos satánicos usan esa noche para un «culto» especial dedicado a satanás y en muchos países alrededor del mundo, se hacen sacrificios humanos, sobre todo de niños que han sido secuestrados de sus hogares y que son ofrecidos como víctimas inocentes en una noche de lujuria, drogas, alcohol y toda clase de desenfrenos, en las llamadas «misas negras».
5. Se opone al primer mandamiento. Este tipo de actividades, ni exalta el nombre de Jesús, ni tiene nada que ver con su Padre Celestial y mucho menos con el Santo Espíritu del Dios Altísimo. Por lo tanto, va en contraposición al primer mandamiento de amar a Dios con toda nuestra alma, nuestra mente, nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, en fin con todo nuestro ser.
6. Participar es olvidarse de Dios. Participar quiere decir «ser parte de»: si usted participa está siendo parte de esta tremenda responsabilidad espiritual: No sólo se está alejando u olvidando de la adoración al Dios Eterno e Inmortal, sino que está siendo parte de una actividad que glorifica a las brujas y a su padre satanás.
7. Contamina y esclaviza a nuestros niños. No hay magia blanca y magia negra, no hay brujas buenas y brujas malas. Toda la actividad demoníaca se disfraza y se oculta para ganar adeptos y así muchas veces «vestimos» a nuestros niñitos como «brujitas» y «diablitos». Jesús dijo: «Dejad que los niños vengan a mí y NO SE LO IMPIDÁIS, porque de los tales es el Reino de los Cielos». ¿Llevaría usted a sus niños disfrazados ante Jesús y los podría presentar libremente y con su conciencia tranquila? Jesús necesita a sus niños libres de toda clase de máscaras y limpios de toda contaminación.
El 50% de los desaparecidos en los EE.UU. se conectan con el satanismo. Actualmente la celebración de Halloween es el último de los rituales, que se realizan por 6 semanas consecutivas. En la primera de éstas, se juntan brujos cantando «666», hasta que cada participante puede ver la cara misma de Satanás. En la segunda semana, ellos sacrifican un animal pequeño posiblemente un pájaro o un gato. En la tercera semana un animal grande, algo así como un perro o un cordero es ofrecido en sacrificio. En la cuarta semana debe sacrificarse un cabrío con los cuernos más grandes que ellos puedan encontrar. Después de sacrificarlo, la cabeza deben ponerla en alto, como símbolo de la perfección de Satanás. La quinta semana, ellos sacrificarán a un niño pequeño o un adolescente. La víctima es regularmente ofrecida por una mujer del grupo, porque de esta manera la muerte de su hijo no será publicada. Si el niño que ha sido ofrecido no nace a tiempo, lo nacen por cesárea. Si no hubiera niños dentro del grupo roban uno o lo compran en el mercado negro. La policía misma reporta un incremento de los niños desaparecidos en esas fechas.
Este ritual es una blasfemia porque al infante lo ofrecen como el niño Jesús; después de la muerte del niño los satanistas estarán comiendo pedazos de su corazón y bebiendo un poco de su sangre. La noche del Halloween es la sexta semana de estas fiestas, en la cual se acostumbra el sacrificio a una persona adulta, especialmente a la madre del niño sacrificado la semana anterior. Terminando el ritual de esa noche los miembros acostumbran permanecer en los cementerios hasta la mañana siguiente y se llegan a confundir con las personas que están en los cementerios en la mañana del primero de noviembre.
Habría que contar las profanaciones que ocurren en estos días, robos sacrílegos de la Eucaristía y ornamentos Sagrados.