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Telemundo Noticias

LAREDO, Texas.– Su cuerpo está desplomado bajo un árbol de un enorme rancho de Texas, con los brazos abiertos como si hubiera buscado el aire. El sol ha ennegrecido su rostro y los insectos han cubierto sus extremidades. Los funcionarios encuentran en sus bolsillos 42 dólares, varios documentos y un pasaporte salvadoreño.

Saben, por la familia que dio la alerta, que este hombre pasó por aquí hace menos de tres días, pero el grupo y el coyote lo dejaron atrás. Un conocido compartió la ubicación aproximada desde donde le dijo adiós. Estaban cerca de Falfurrias, Texas, tratando de evitar un control de la Patrulla Fronteriza.

Los agentes de la oficina del sheriff trasladan el cuerpo, le toman las huellas dactilares y le hacen una prueba del COVID-19 Los tests se han convertido en una nueva rutina en varios puntos de la frontera entre México y Estados Unidos. Mientras los condados de la frontera lideran la inmunización contra el COVID-19 en Texas, las autoridades locales ven cómo los migrantes todavía batallan contra el virus.

Lo saben en la oficina forense del condado de Webb: cerca del 40% de los migrantes fallecidos que recibieron en los últimos tres meses tenían COVID-19 en el cuerpo. Es la morgue que recibe más cuerpos de migrantes de Texas y, con los años, se ha convertido en un punto de referencia sobre las muertes fronterizas. Aquí llegan cuerpos de 11 condados, incluido el de Brooks, donde encontramos al migrante salvadoreño.

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