Publicidad

Fabiola Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos es una verdadera bendición estar aquí una vez más compartiendo un hermoso y alentador mensaje de parte de Nuestro Padre. 

Las semanas anteriores estuvieron llenas de stress colectivo no sólo por la pandemia que aún estamos enfrentando, ni por los desastres naturales en todo el mundo, sino también por las elecciones que se celebraron en Estados Unidos.

Aún con resultados que para muchos fueron favorables, sigue habiendo mucho descontento y esto sigue provocando problemas alrededor de todo el mundo. Quisiéramos salir corriendo pero hoy ya no hay un lugar seguro a donde podamos correr. 

Ante todo esto que vemos a nuestro alrededor sólo podemos buscar consuelo en los brazos de nuestro Padre y a través de todos los mensajes tan hermosos que hay en la Palabra.

El Salmo 46 inicia diciendo: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Cuando no sólo leemos, sino creemos esta palabra de todo corazón, dejamos de sentir temor. Así todo en nuestro mundo parezca estarse tambaleando y “aparentemente” no exista una salida, Dios nos mostrará el camino. Debemos seguir confiando porque Dios es Fiel siempre.

Estar bajo el amparo de Dios significa sentirse completamente cobijados por Él, sentir un constante abrazo que nos hace sentir amados y protegidos. Aún si nadie a nuestro alrededor nos amara, quien se mantiene bajo el amparo del Señor, nunca se sentirá sólo porque el amor de Dios todo lo llena. 

Una persona que no tiene ningún vacío en su corazón no necesita buscar cosas que lo llenen. Es ahí cuando se logra vivir en plenitud de gozo sin importar la circunstancia que se atraviese.

Como sabemos, una fortaleza es un cerco muy fuerte que se establece alrededor de un lugar que requiere ser protegido. Dios nos cubre y protege con sus brazos y mientras permanezcamos ahí, nada ni nadie nos hará daño.

¿Cómo logramos permanecer bajo el amparo de Dios?

Primeramente buscando estar en la presencia de Dios a través de la oración. Sólo así podremos experimentar ese amor inagotable que nos animará a estar en constante comunicación con Él. Todos los días debemos hablar con nuestro Padre.

En segundo lugar, debemos leer la Palabra. En la biblia encontramos ese gran tesoro que nos dejó el Señor para conocer más de Él y de su Hijo que vino a modelarnos el comportamiento que Dios espera que tengamos nosotros. Así también en ella encontramos el ejemplo de vida de hombres y mujeres valientes y esforzados que supieron vencer las adversidades al confiar plenamente en Dios.

Haciendo estas dos cosas de manera constante, mantendremos una estrecha relación con nuestro Creador. Es como cuando nos enamoramos y queremos pasar tiempo con esa persona amada. De la misma manera, debemos pasar tiempo con Dios. Sólo así seguiremos firmes en nuestra Fé y recibiremos dirección para tomar las mejores decisiones en todas las áreas de nuestra vida. 

Ahora bien, no sólo orar y leer la Palabra nos mantendrá entre los brazos del Señor, es imprescindible también que llevemos por obra lo que aprendemos y seamos personas íntegras. Que amemos a nuestro prójimo y perdonemos al que nos ofende. Así también debemos mantenernos apartados del mal camino y esto se logra al tener Temor de Dios.

En el versículo 10 de este mismo salmo, nos dice otra cosa muy importante: “Estad quietos y conoced que yo soy Dios”. En tantas ocasiones Dios nos pide mantenernos sosegados, tranquilos. Cuando estamos en reposo es cuando Él puede obrar en nuestra vida. Como dice también en Isaías 30:15 “En quietud y en confianza será vuestra fortaleza”.

Hoy te pido Señor que nos permitas vivir siempre bajo tu amparo, pues eres tú nuestro mejor refugio.

¡Los amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto!

Publicidad

1 Comentario

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.