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Telemundo Noticias

Aunque el sismo no dejó los destrozos que el de hace dos años, los mexicanos revivieron una pesadilla frecuente. El terremoto de este martes deja al menos seis muertos y muchos oaxaqueños pobres sin casa.

Los mexicanos no olvidan la fecha del 19 de septiembre de 2017, cuando un sismo de magnitud 7.1 dejó 369 muertos y grandes destrozos en casas y edificios públicos, algunos de los que se desplomaron completamente. Por eso, cuando en la mañana de este martes sonó la alarma sísmica para alertar de un terremoto de magnitud 7.5, el país revivió una macabra pesadilla. “Fue como a las 10:30 de la mañana, estábamos tranquilos en la casa y, de repente, todo empezó a moverse como en 2017. Nos dio mucho susto y la gente empezó a salir a las calles. Fue muy feo”, dice a Noticias Telemundo Marcos Sánchez, un arquitecto de 45 años de Oaxaca, el estado epicentro del terremoto. “No queremos volver a vivir lo de 2017. Por eso todo mundo tiene miedo”, explica.

Según el oaxaqueño, desde el lunes se registraron varios sismos menores. Antes del temblor, asegura, “vimos muchos derrumbes. Se han reportado bardas caídas en la Sierra Sur y se cayeron varias estructuras como una casa de salud, una escuela y muchas casas antiguas afectadas”. Aunque el sismo de este martes no ha dejado los destrozos que el de 2017, se han reportado al menos seis muertes, así como múltiples daños a viviendas y otros edificios públicos. El temblor también generó una alerta de tsunami para la costa de México con posibles olas de hasta tres metros, que no llegaron a producirse. La advertencia se extendió al menos a 10 países más y fue retirada horas después.

El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, dijo a Radio Fórmula que dos hospitales que actualmente atienden a pacientes con COVID-19 sufrieron daños importantes: un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social en Huatulco sufrió daños «estructurales» y debió ser desalojado, mientras que el hospital de especialidades de Oaxaca también tuvo que ser evacuado por la misma razón. En otras zonas del país, el servicio eléctrico se vio suspendido. Murat aseguró en un comunicado vía Twitter que solicitó la declaratoria oficial de emergencia para unos 50 municipios del estado. Murat agregó que el gobierno federal “hará todo lo posible para acompañar y atender las necesidades por los daños materiales que han sufrido los municipios y las familias oaxaqueñas”.

A la familia de Nanaxhi de Gyves, una locutora de radio de 31 años y residente en Oaxaca, el sismo también le trajo el recuerdo amargo del pasado.

Alrededor de las 3 de la tarde, asegura la joven, se sintieron réplicas más suaves. Sin embargo, la casa se volvió a mover. “Aquí la gente se pone nerviosa porque después del terremoto de 2017 vinieron muchas réplicas. Como este sismo duró mucho, y estuvo fuerte, eso siempre asusta. Empiezas a pensar que no parará”, dice. El Servicio Sismológico Nacional aseguró que hasta las 10:30 pm del 23 de junio se registraron 1,269 réplicas del sismo, la más grande tuvo una magnitud de 5.5.

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El gobernador de Oaxaca describió los daños como “nada mayor”. Pero los testimonios de oaxaqueños como Faustino García Sumano son distintos.

García, un profesor de 35 años en la escuela primaria de Santa Cruz Ozolotepec, una comunidad de unos 1,200 habitantes ubicada en la Sierra Sur de Oaxaca, asegura que aún no se han contabilizado todas las casas caídas debido a la lluvia, pero que calcula son más de 50.

En el pueblo, dice la mayoría de las casas son de barro y esas son las más afectadas porque son pérdida total. “De hecho, la mayoría de las casas que se cayeron fueron las que quedaron afectadas por el terremoto de 2017. Desafortunadamente desde ese sismo no hubo apoyo para las viviendas, se hizo un censo, pero la ayuda nunca llegó”, comenta. Las casas que no fueron arregladas quedaron más vulnerables a eventos como los de este martes. Y ahora muchas de ellas sí cayeron. “Aquí la gente tiene miedo porque hay mucha pobreza y, lo peor, es que ahora tampoco tienen casas”, dice el joven.

Según la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM, aproximadamente 22 millones de personas percibieron el temblor. Alrededor de un millón de personas ubicadas en la zona epicentral lo percibió con una intensidad muy fuerte, mientras cerca de 18 millones lo sintieron de manera moderada en la parte centro-sur del país.

De acuerdo con Protección Civil, en la capital hubo dos personas lesionadas, daños leves en fachadas de 32 edificios y daños estructurales en un inmueble de la Colonia Roma. La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, descartó víctimas mortales, derrumbes de edificios y daños en hospitales.

Aunque los daños materiales y humanos fueron mayores durante el temblor de 20017, se observó a la ciudadanía mucho más asustada. Algo que es muy natural, ante la situación actual de la pandemia que aún está presente en México.

En México, el sismo llega en medio de una profunda crisis ante la enfermedad. El país ocupa uno de los 15 primeros puestos de contagiados en el mundo, con casi 190,000 casos y más de 22,500 muertes, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins. La pandemia del coronavirus mantiene una parte importante de los comercios cerrados, y esa ausencia de personas se notó esta vez durante la emergencia. Aunque no se cayeron edificios ni se vieron personas morir, la preocupación estuvo latente ayer por la noche. No sabían si mientras dormían se presentarían más réplicas. Fue una noche de temor para los mexicanos.

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