Publicidad

Fabiola Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos con un corazón lleno de agradecimiento les saludo hoy y pido al Señor que todos ustedes sigan viendo esas cosas maravillosas que hay en su vida y que dejen de enfocarse en todo lo negativo que está a nuestro alrededor.

Precisamente hace unos días, justo al estar viendo un video sobre la situación en Ucrania y que como parte de mi trabajo debo observar, me di cuenta de las infinitas bendiciones que me rodean y que muchas veces doy por sentando. En ese momento di gracias a Dios por el techo que me protege, la comida que hay en mi alacena, la salud que tengo, y los pajaritos que cada mañana me traen serenata. Gracias Señor por todo este escenario que para nada es parecido al que tienen las personas en Ucrania.

El mundo entero sigue conmocionado ante este conflicto y se han movido muchos corazones que han brindado ayuda de muchas maneras. Si usted es uno de ellos lo felicito y animo a seguir dando este buen ejemplo. Esta situación nos debe servir a todos para recordar lo vulnerable que somos y lo importante que es darle prioridad a las cosas que en verdad son valiosas como el amor, la salud, las relaciones familiares, la bondad, la misericordia y la compasión.

Si nosotros nos ponemos tristes al ver imágenes trágicas de todo este conflicto está bien, demostramos que somos empáticos con la gente que está viviendo todo esto. Sin embargo, si a los 5 minutos de que derramamos lágrimas empezamos a quejarnos porque se nos acabó el gas, porque no tenemos luz, o cualquier otro problema cotidiano ahí se va toda la empatía que pudimos sentir por esas personas. O bien, si después de ver estos videos nos conmovemos pero al poco tiempo estamos tratando a otra persona mal, la insultamos o le faltamos al respeto, ahí también seremos incongruentes. Una persona centrada que en verdad se preocupa por los demás, debe ser antes que nada agradecida y tratar a los demás como Dios nos pide que lo hagamos.

La mejor manera para demostrar una verdadera empatía con todas las personas que están padeciendo este conflicto es a través de nuestra propia vida. Si valoramos cada instante de nuestra vida y mostramos un verdadero amor hacia toda la gente que nos rodea, ahí sí que estaremos ayudando en gran manera a que este mundo tenga una esperanza de mejorar.

Recordemos que todos los conflictos políticos inician por la intolerancia de personas que son egoístas y que no respetan los intereses y opiniones de los demás. Son seres humanos que tristemente llenaron su corazón de odio, rencor, frustración, envidia, ambición, arrogancia, etc. De hecho en la Biblia nos dice que la maldad irá en aumento y que a causa de esto, el amor de muchos se enfriará (Mateo 24:12).

Hoy recordaremos 3 versículos que se encuentran en el Libro de Amós Capítulo 5 y que nos alentarán a llenar solo de cosas buenas nuestros corazones. Amós fue un pastor y agricultor en un tiempo de idolatría del pueblo de Israel. A él le tocó suplicar al pueblo de Israel que dejara de pecar y que regresara al camino de Dios.

Nosotros hoy en día seguimos teniendo muchos ídolos o dioses como el dinero, el poder, la fama, la vanidad, la lujuria, la avaricia, el egoísmo, sólo por mencionar algunos. Tenemos que derribar todos estos ídolos y cambiarlos por amor, gozo, paz, bondad, fe, templanza, benignidad, paciencia y mansedumbre.

En Amós 5: 14 dice: “¡Hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan¡ Entonces el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales será su ayudador, así como ustedes han dicho”.

El Ejército más poderoso no es el de Rusia, ni el de Ucrania, ni el de Estados Unidos. El más poderoso ejército es comandado por Nuestro Padre Celestial y será el que vencerá.

Después el versículo 15 nos habla de la justica y dice “Conviertan sus tribunales en verdaderas cortes de justicia”. Apoyemos en todo momento la causa justa y también aprendamos a no pelear todas las batallas porque muchas veces sólo hay que dejar que sea Dios quien de la sentencia justa. Él es el único juez justo.

Hablando aún más sobre este tema en el versículo 24 nos dice: “Quiero ver una tremenda inundación de justicia y un río inagotable de rectitud”. Dios anhela tanto que el mundo sea justo y que no haya más dolor entre nosotros. Tratemos de hacer la parte que nos corresponde y empecemos el cambio en nosotros mismos para que le inculquemos esto mismo a nuestros hijos y ellos sean unos buenos hombres y mujeres que practican la justicia de Dios. Sólo así tendremos una mejor oportunidad para que toda la sociedad tenga un verdadero cambio y se puedan evitar todo este tipo de conflictos.

No dejemos que el desánimo nos invada. Aunque parezca que la injusticia va ganando, recordemos que será Dios quien vendrá al rescate de su pueblo. Él nos dará la victoria. Porque “nunca he visto a un justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan” Salmos 37:25.

Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.

 

Publicidad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.