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El organismo regulador aprobará en 2023 el tratamiento de la farmacéutica Eli Lilly para la pérdida de peso. Pero hay pocas probabilidades de que las aseguradoras lo cubran.

Por Berkeley Lovelace Jr. – NBC News

Si se aprueba un medicamento de Eli Lilly para la pérdida de peso, podría convertirse en el más vendido de todos los tiempos, pero cada vez preocupa más quién podrá permitírselo.

Los expertos confían en que el fármaco, denominado tirzepatida, reciba la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en ingñés) en algún momento del próximo año. De ser así, se uniría a otros dos populares -y caros- medicamentos para adelgazar recientemente aprobados en el mercado, Wegovy y Saxenda, ambos de la farmacéutica Novo Nordisk.

Las ventas anuales de tirzepatida podrían alcanzar la cifra récord de 48,000 millones de dólares, según una estimación de Geoff Meacham, analista de Bank of America. Otro analista de Wall Street, Colin Bristow, de UBS, estimó que el fármaco alcanzaría los 25,000 millones de dólares en ventas anuales, una cifra que aún superaría el récord de 20,700 millones establecido por el medicamento contra la artritis reumatoide Humira, de AbbVie, en 2021.

Kelly Smith, portavoz de Eli Lilly, declinó hacer comentarios sobre cuánto costará la tirzepatida. Expertos externos señalaron que es posible que la farmacéutica fije un precio similar al de Wegovy, que tiene un precio de lista de unos 1,500 dólares para un suministro mensual, y Saxenda, que cuesta unos 1,350 dólares para un suministro mensual.

Si la FDA confirma la eficacia del fármaco, el precio “justo” de la tirzepatida podría rondar los 13,000 dólares anuales, o unos 1,100 dólares al mes, según el doctor David Rind, jefe médico del Instituto de Revisión Clínica y Económica, un grupo de investigación que ayuda a determinar los precios justos de los medicamentos.

Los ensayos clínicos han demostrado que estos fármacos son muy eficaces para perder peso. Los tres fármacos, que se administran en forma de inyecciones, actúan de forma similar: pertenecen a una clase de fármacos llamados agonistas del GLP-1, que imitan una hormona que ayuda a reducir la ingesta de alimentos y el apetito.

Sin embargo, la tirzepatida de Eli Lilly también imita una segunda hormona, la GIP, que, además de reducir el apetito, puede mejorar la descomposición de azúcares y grasas.

En un ensayo clínico de fase 3 se observó que una dosis alta de tirzepatida ayudaba a los pacientes a perder una media del 22.5% de su peso corporal, es decir, unas 52 libras (15 kilos), mejor que cualquier otro medicamento comercializado en la actualidad. La mayoría de los pacientes del ensayo tenían un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30. En los ensayos, Wegovy y Saxenda redujeron el peso corporal en torno a un 15% y un 5%, respectivamente.

¿Cubre el seguro los medicamentos para adelgazar?

En dosis más bajas, los tres medicamentos ya están aprobados para tratar la diabetes.

  • La tirzepatida se vende con el nombre de Mounjaro para la diabetes.
  • La semaglutida, cuando se comercializa para perder peso, se vende a una dosis más alta y se denomina Wegovy; a una dosis más baja, se comercializa para la diabetes y se vende como Ozempic.
  • Del mismo modo, una dosis más alta del fármaco liraglutida se vende con el nombre de Saxenda para la pérdida de peso, y a una dosis más baja, se vende como Victoza, para la diabetes.

Con la excepción de Mounjaro, que se aprobó a principios de este año, las versiones de los fármacos utilizados para tratar la diabetes están cubiertas por la mayoría de los seguros.

No siempre es así cuando se recetan para la obesidad.

La obesidad conlleva un estigma especial, según el doctor W. Scott Butsch, director de medicina de la obesidad del Instituto Bariátrico y Metabólico de la Clínica Cleveland. Según él, muchos médicos siguen considerándola un problema de comportamiento más que médico.

Esta creencia, sumada a la escasa eficacia de los antiguos medicamentos contra la obesidad, ha hecho que las aseguradoras se muestren reacias a cubrir muchas de las nuevas terapias.

“Tienen un sesgo”, afirma Butsch, y añade que las aseguradoras piden más pruebas de los beneficios de los fármacos contra la obesidad de las que normalmente pedirían para otro tipo de medicamentos.

Algunas aseguradoras pueden seleccionar uno de los fármacos para adelgazar y ofrecer cobertura, pero a menudo restringen el acceso sólo a los pacientes que cumplen un determinado umbral, como un IMC superior a 30.

Además, según Butsch, no todo el mundo responde de la misma manera a un determinado fármaco adelgazante. Si el fármaco cubierto por el seguro no es eficaz para ese paciente, normalmente no quedan otras opciones farmacológicas.

La doctora Holly Lofton, directora del programa de control de peso de NYU Langone Health, receta regularmente los nuevos fármacos a sus pacientes, pero a muchos, dice, su seguro les deniega la cobertura. “Los pacientes me dicen que les parece como si las compañías de seguros quisieran esperar a que se pongan tan enfermos que tengan más necesidad de un medicamento”, explicó.

Lofton afirma que algunos de sus pacientes acaban gastando miles de dólares de su bolsillo en la medicación durante unos meses mientras negocian con su aseguradora para obtener cobertura. Por lo general, el seguro no reembolsa a los pacientes el dinero que ya han gastado en los medicamentos, añadió.

La doctora Fatima Stanford, especialista en medicina de la obesidad y directora de equidad de la división endocrina del Hospital General de Massachusetts, en Boston, afirmó que la cobertura de los seguros privados para los medicamentos contra la obesidad es irregular, y que los tratamientos suelen estar restringidos a los planes más caros.

Medicare no los cubre. Los medicamentos contra la obesidad no son una prestación obligatoria de Medicaid, aunque algunos estados han optado por incluirlos.

La obesidad se considera una enfermedad crónica y, como cualquier otra patología de este tipo, se espera que la mayoría de los pacientes tomen la medicación durante toda su vida, lo que supone una gran carga económica si se ven obligados a pagarla de su bolsillo.

Los únicos que probablemente podrán permitirse un fármaco como la tirzepatida por sí solos, serán los “muy ricos”.

A pesar de las barreras de acceso, Bristow, analista de UBS, aún espera que la tirzepatida sea un fármaco de éxito para la obesidad, señalando que en EE.UU. ya se está sufriendo una escasez de suministro del medicamento como inyección para la diabetes.

“Está claro que la demanda es muy fuerte”, afirmó.

¿Qué hay que cambiar?

Lofton, de NYU Langone Health, dijo que la cobertura de los seguros de los fármacos contra la obesidad no mejorará hasta que más gente en el campo de la medicina cambie su forma de ver la obesidad. No se trata de algo que pueda solucionarse con dieta, ejercicio o pura fuerza de voluntad, sino de una desregulación de las células adiposas del organismo.

Los prejuicios y la estigmatización de la obesidad proliferan en la comunidad médica.

Es “evidente en todos los profesionales de la salud, incluidos médicos, enfermeras, dietistas y otros”, afirmó Lisa Howley, psicóloga educativa y directora de iniciativas estratégicas y asociaciones de la Asociación de Facultades de Medicina de EE.UU. (Association of American Medical Colleges).

Un estudio publicado el año pasado en la revista de investigación Obesity reveló que los profesionales sanitarios mantienen actitudes implícitas y/o explícitas de prejuicio hacia las personas obesas.

Pero cambiar la opinión de la comunidad médica -y, con ella, de las compañías de seguros- es extremadamente difícil. Según Stanford, exigir que los seguros cubran los medicamentos contra la obesidad puede requerir medidas legislativas.

En 2021, los legisladores de la Cámara de Representantes presentaron la Ley para Tratar y Reducir la Obesidad, que habría permitido al gobierno federal ampliar la cobertura de la Parte D de Medicare para incluir medicamentos contra la obesidad. La legislación contaba con 154 copatrocinadores bipartidistas, según Congress.gov, pero no fue votada en la Cámara de Representantes antes de que terminara la legislatura.

America’s Health Insurance Plans (AHIP), un grupo comercial que representa a las compañías de seguros no reveló si apoyaría la cobertura de tirzepatide si el medicamento de ganar la aprobación de la FDA el próximo año u otros medicamentos contra la obesidad.

“Los proveedores de seguros médicos examinan sistemáticamente las pruebas de los medicamentos y tratamientos quirúrgicos de la obesidad, y ofrecen muchas opciones a los pacientes, desde cambios en el estilo de vida y asesoramiento nutricional hasta intervenciones quirúrgicas y fármacos con receta”, declaró David Allen, portavoz de AHIP.

Butsch, de la Clínica Cleveland, dijo que espera que las compañías de seguros cubran la tirzepatida.

“Estamos viendo por primera vez medicamentos muy eficaces contra la obesidad. El beneficio es real”, señaló.

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