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La Iglesia católica de Estados Unidos se unió al coro de voces que lanzaron fuertes críticas a la nueva política migratoria planteada por el gobierno de Joe Biden que, de ser implementada, restringiría el asilo a miles de solicitantes que llegan a la frontera con México.
El presidente Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, Mark Seitz, señaló que la Iglesia está “profundamente preocupada” por una propuesta que, dijo, “perpetúa la noción equivocada de que las medidas coercitivas de mano dura son una solución viable al aumento de la migración y el desplazamiento forzado”.
Seitz respondió así a la medida anunciada la semana pasada por los departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Justicia (DOJ) y que impediría que decenas de miles de personas soliciten asilo en la frontera sur si, en su camino hacia EEUU, han pasado antes por otro país en el que no pidieron asilo.
La norma será publicada primero en el Registro Federal y sujeta a un período de comentarios públicos de al menos 30 días, de cara a ser implementada a partir del 11 de mayo, una vez se ponga fin al cuestionado Título 42, una herramienta activada en marzo de 2020 para contener la propagación de la pandemia del covid-19 y que al mismo tiempo fue utilizada para deportar aceleradamente inmigrantes en la frontera sur.
Abogados, analistas y activistas que luchan por los derechos de los inmigrantes, e incluso congresistas demócratas, han rechazado enérgicamente la norma anunciada, que afirman, es una de las medidas de control fronterizo “más restrictivas” a la fecha bajo cualquier gobierno.
“Aunque reconocemos el derecho de nuestro país a mantener sus fronteras, mis hermanos obispos y yo hemos rechazado sistemáticamente las políticas que debilitan el acceso al asilo de los más necesitados de ayuda y los exponen a más peligros”, manifestó Seitz en una declaración en la que señala que los obispos se oponen “firmemente a su aplicación”.
Seitz lamentó que los cambios normativos anunciados por el gobierno se produzcan a expensas del derecho general de los inmigrantes a solicitar asilo en Estados Unidos.
“Apreciamos el deseo de la administración de ampliar las vías legales de entrada a Estados Unidos, especialmente a través de un mayor procesamiento de refugiados, pero eso no debe hacerse a expensas de las personas vulnerables que buscan protección en nuestra frontera”, enfatizó. “Por encima de todo, la santidad de la vida humana sigue siendo primordial”.
Otras organizaciones católicas también se oponen a la nueva política migratoria de Biden
Otros defensores católicos de la inmigración también se sumaron al reclamo expresado por los obispos estadounidenses hacia la propuesta del gobierno de Biden.
Dylan Corbett, director ejecutivo del Hope Border Institute citado por el sitio National Catholic Reporter expresó que “la prohibición afecta injustamente a los que huyen de los países del norte de América Central, para quienes la administración no ha proporcionado opciones de libertad condicional”.
“Lo que hay es falta de coraje que impide a esta administración tomar ahora medidas positivas para repudiar los daños de la administración anterior y poner por fin en marcha un sistema en la frontera que funcione, sea seguro y respete los derechos de los solicitantes de asilo y de nuestras comunidades fronterizas”, subrayó Corbett.
La organización Catholic Legal Immigration Network Inc (Clinic), que dirige Anna Gallagher, planteó que con esta norma “la administración Biden está traicionando su propio compromiso de defender el asilo, así como violando los principios de la ley estadounidense y la enseñanza social católica con respecto a la migración”.
Al igual que lo han hecho otros activistas proinmigrantes, Clinic comparó la regla propuesta con la política muy restrictiva que se impuso durante la administración Trump, bajo la política de ‘tolerancia cero’.
“El derecho a solicitar asilo a través de un proceso completo y justo es un principio fundamental del derecho internacional y nacional”, destacó Gallagher, también citada por el National Catholic Reporter. “Estas nuevas restricciones socavan ese derecho y tendrán consecuencias inhumanas y horribles para nuestros hermanos y hermanas inmigrantes”.
Ronnate Asirwatham, director de relaciones gubernamentales de Network, un grupo católico de justicia social, acusó a la administración Biden de acabar “con el derecho a buscar asilo en la frontera sur.”
Asirwatham manifestó que el éxito de una política fronteriza “no debe medirse por el número de personas que rechazamos hacia la muerte y la persecución, sino por el número de personas que acogemos a salvo”.
