“He recibido, con una gran tristeza en el corazón, los relatos de sufrimientos, privaciones, tratos discriminatorios y diversas formas de abuso sufridos por varios de ustedes, especialmente en los internados”, declaró el papa argentino.
Francisco condenó la “colonización ideológica” y la “acción de asimilación” de la que “tantos niños fueron víctima” y dijo que espera poder viajar a Canadá a finales de julio para transmitir su “cercanía” a los habitantes originarios.
Abusos, separaciones forzadas y muerte internados católicos
La Iglesia Católica de Canadá presentó en septiembre pasado una disculpa formal a los pueblos originarios tras el descubrimiento de más de 1,000 tumbas cerca de antiguos internados, donde los niños habían sido aislados de sus familias, del idioma y su cultura, como política de asimilación forzada de las llamadas Primeras Naciones.
El descubrimiento en febrero de 54 tumbas más sin identificación en dos antiguos colegios residenciales católicos para nativos, sumándose a otros hallazgos similares, volvió a conmocionar al país, arrojando luz sobre una página sombría de la historia.
Entre finales del siglo XIX y la década de 1980, unos 150,000 niños indígenas, mestizos y esquimales fueron reclutados a la fuerza en al menos 139 internados en Canadá.
Miles de ellos murieron, en su mayoría de desnutrición, enfermedades o por negligencia, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación llamó “genocidio cultural”, según un informe de 2015. Otros fueron abusados física o sexualmente.