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Visto que no existe un candidato con el apoyo necesario para sustituir a McCarthy en el puesto del que la semana pasada fue destituido, y que el Congreso debe recuperar su operatividad lo antes posible, el expresidente de la Cámara de Representantes parece tener opciones para recuperar el cargo.
La guerra entre Israel y Hamas, y la aproximación del vencimiento de los fondos que el Congreso autorizó para que el gobierno federal no cierre, podrían terminar restituyendo a Kevin McCarty en el cargo de presidente de la Cámara de Representantes del que fue sacado hace apenas una semana.
Tras la salida de McCarthy, los republicanos no tienen una idea clara de quién será el nuevo líder de la Cámara, algo que deja un vacío de poder sin precedentes en el Congreso y limita la capacidad de Estados Unidos para responder rápidamente a la crisis en Israel, y a un sinnúmero de otros problemas en el país, como el agotamiento de los fondos para el gobierno federal.
Ahora, McCarthy parece estar intentando ocupar ese vacío, al criticar duramente al gobierno del presidente Joe Biden con relación a la firmeza de su defensa de Israel y posicionándose como un líder republicano de facto, a pesar de que por acción de varios de sus colegas republicanos lo echaron del puesto apenas la semana pasada y que él mismo descartó volverse a presentar para el puesto.
“Sea presidente de la cámara o no… puedo ser líder en cualquier posición en la que me encuentre”, declaró McCarthy en el Capitolio.
Varios republicanos han dicho públicamente que favorecerían un regreso de McCarthy al puesto de ‘speaker’, considerando que fue solo el voto contrario de 8 representantes radicales, de una bancada de 212, los que sellaron el destino del expresidente legislativo.
Una Cámara de Representantes sin presidente en medio de varias crisis
Pero no está del todo claro si McCarthy realmente podría efectuar una reaparición, o si alguno de los otros republicanos que aspiran a presidir ese recinto legislativo, Steve Scalise o Jim Jordan, puede ser elegido presidente en un momento en que la mayoría está sumida en disputas internas.
La turbulencia en la Cámara de Representantes pone al Congreso federal en una encrucijada durante una época de crisis, la primera vez en la historia que ha destituido a uno de sus presidentes, y está operando sin un funcionario constitucional, segundo en línea a la presidencia. Los asuntos de la cámara baja, y con ello la mayor parte de las acciones legislativas, se han paralizado.
No está claro qué, si es que algo, puede hacer el Congreso con solo un presidente interino. Se encuentran en riesgo el envío de ayuda inmediata a Israel, así como la aprobación de una resolución que muestre el apoyo de Estados Unidos hacia Israel y condene a Hamas por el ataque mientras la región se encuentra ahora sumida en la guerra.
El Congreso enfrenta otras exigencias más amplias, incluidas las solicitudes de Ucrania para que se le envíe ayuda para su lucha contra Rusia y la necesidad de financiar de nuevo al gobierno estadounidense a más tardar el 17 de noviembre, o de lo contrario arriesgarse a un cierre gubernamental. Mientras tanto, el Senado se encuentra en receso hasta la semana próxima.
Mientras tanto, el representante republicano Patrick McHenry ha sido nombrado presidente pro tempore, un cargo creado tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 para garantizar la continuidad del gobierno en Washington.
Las reglas en torno al cargo de presidente pro tempore no se han probado antes, aunque parecen indicar que el principal mandato del cargo es garantizar la elección de un nuevo presidente.
La presidencia de la cámara entre Scalise, Jordan y ¿McCarthy?
El representante por Florida Matt Gaetz, el líder del ala radical que promovió la destitución de McCarthy, ha dicho en redes sociales que hay “dos grandes hombres” que aspiran a ser presidentes de la cámara baja, en un indicio de que podría respaldar a Scalise o a Jordan.
Pero ni Scalise, el segundo republicano de mayor rango en la Cámara de Representantes, ni Jordan, que se desempeña como presidente de la Comisión Asuntos Jurídicos y está respaldado por el expresidente Donald Trump, parecen tener los votos necesarios para asegurar el voto mayoritario.
Sin un favorito claro, los republicanos se están preparando para un proceso de varios días para elegir al próximo presidente.
A partir del miércoles empezará el proceso de votación en el pleno y es posible que se vivan momentos similares a los de enero pasado, cuando McCarthy tuvo que superar 15 rondas de votación para recibir el cargo.