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De esa cifra, casi la totalidad de indocumentados terminaron siendo expulsados, es decir 2,208,604, permitiendo que solo 170,340 fueran referidos a la Corte de Inmigración (EOIR) para iniciar un juicio de deportación ante un juez donde tienen el derecho o la oportunidad de pedir asilo.
Los datos revelan, además, que la mayoría de las expulsiones -el 86.16%- fueron hechas con base en el Título 8 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), que se aplica a extranjeros inadmisibles por tener antecedentes criminales dentro o fuera de Estados Unidos, haber sido deportados en los últimos cinco años y regresar sin autorización.
Los números también evidencian que las aprehensiones o detenciones en la frontera en 2022 aumentaron en un 385.9% en comparación con los arrestos de 2013, cuando la Patrulla Fronteriza detuvo a 489,498 indocumentados.
Los agentes federales de inmigración tienen amplia discrecionalidad para expulsar a extranjeros hallados en la frontera si determinan que no tienen una causa probable de asilo. El año fiscal estadounidense arranca el 1 de septiembre y finaliza el 30 de octubre del año siguiente.
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