Fabiola Navarrete/Tu Tiempo Digital
Hola a todos, deseo que las bendiciones del Señor estén siendo derramadas sobre ustedes. En esta ocasión el Señor ha puesto en mi corazón hablar un poco sobre la sabiduría y que mejor que hacerlo al estudiar uno de mis capítulos favoritos del Libro de Proverbios. Este libro fue escrito por el Rey Salomón, hijo del Rey David. En él encontramos consejos llenos de sabiduría que hasta el día de hoy siguen vigentes y que son la mejor guía que podemos tener para nuestra vida.
Les invito a leer completo el capítulo 3 de Proverbios. Ahora sólo vamos a leer los versículos del 5 al 8 que dicen así: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos”. Esto viene en la versión de la Nueva Traducción Viviente.
Empieza hablando sobre la confianza que debemos depositar en Dios, pues es Él el único digno de confianza. Dicha confianza deber ser inalterable, es decir, que nada de lo que ocurra a nuestro alrededor podrá desanimarnos ni hacernos dudar de que Dios cumplirá sus promesas.
Cuando dependemos de nuestro entendimiento o prudencia, como dice en la versión de la Reina Valera, estamos muy limitados porque nuestra mente sigue siendo humana y jamás se comparará con la de Dios. Son los pensamientos de Dios los que estarán siempre por encima de los nuestros, como nos dice en Isaías 55:9 “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
A Dios no se le escapa ningún detalle, el panorama que él tiene desde allá arriba es mucho más amplio que el nuestro y por eso debemos tomar ese camino que él ya ha aplanado previamente para nosotros. Esto es buscar su Voluntad y no la nuestra. Pidamos al Señor todos los días que se cumpla su voluntad en nuestra vida. La Voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, como nos dice Romanos 12:2.
Uno de nuestros mayores problemas es sentirnos que todo lo sabemos. Nuestra soberbia y arrogancia nos impide ver la enorme riqueza que obtendremos al aprender de los demás. Jesús nos vino a enseñar con su propio ejemplo a ser mansos y humildes de corazón. Ser humilde es tener un carácter enseñable y ésta debería ser una de las cualidades que más deberíamos practicar. Quienes tienen este tipo de carácter reconocen su necesidad de aprender, pues saben que sólo así podrán seguir creciendo. Los orgullosos piensan que saben más que los demás, que no tienen ya nada que aprender. La verdadera sabiduría le pertenece a los humildes.
Aún el Rey Salomón siendo ya un rey en toda su gloria y esplendor, tuvo la gran humildad de pedirle a Dios sabiduría. Pudiendo pedir cualquier otra cosa, él sólo pidió ser sabio y por supuesto que el Señor se lo concedió. Gracias a eso tenemos hoy en día estos proverbios ricos en este tipo de sabiduría que viene del más alto nivel: de Dios.
Ahora bien, una vez que confiamos plenamente en Dios; aprendemos a nos depender de nuestra prudencia o entendimiento; buscamos su voluntad; tomamos el camino que Dios nos manda y no nos dejamos guiar por nuestra sabiduría, quedan todavía dos cosas más por hacer. Estas dos cosas son: temer a Dios y alejarnos del mal.
El temor de Dios va de la mano de apartarse del mal camino. Como ya lo hemos dicho anteriormente, el temor de Dios es el freno de mano que todos necesitamos para no hacer cosas inadecuadas que nos alejarán de las bendiciones que Dios tiene para nosotros.
Al cumplir con todo lo anterior se cumplirá en nosotros la promesa maravillosa que Dios nos hace en el versículo 8. Él nos dice que dará salud a nuestro cuerpo, o como dice en la versión de la Reina Valera, medicina a nuestro cuerpo y también dará fortaleza o refrigerio a nuestros huesos. Dios es la única medicina que necesitamos. Él se encarga de sanarnos si estamos enfermos y si no lo estamos se encarga de mantenernos con una salud inquebrantable!!!
Hoy te pido Señor que nos ayudes a seguir confiando en ti, a ser humildes y seguir aprendiendo más de ti, para poder aceptar siempre tu voluntad. Cólmanos por favor de esa sabiduría que viene de los alto!!
Los amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.
