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Fabiola Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos, con un corazón lleno de regocijo los saludo hoy.  Deseo que siga siendo el Señor quien guíe sus pasos y los colme de salud, amor, paz y prosperidad en todas las áreas de su vida.

Los conflictos que siguen sucediendo en todo el mundo reflejan esa falta de insensatez que hay en la humanidad. Hoy en día ya parece ser muy normal atacarnos unos a otros. Es tanto el egoísmo que domina al ser humano que ya hasta mal vistas son las personas que todavía tratan de no reaccionar a la defensiva y que buscan conciliar la paz. Incluso, a ese tipo de personas se les etiqueta como tontos, débiles, faltos de carácter, etc.

Sin embargo, en la biblia, a este tipo de personas se les conoce como personas sabias, prudentes, responsables, sensatas. Hemos hablado ya en varias ocasiones sobre la sabiduría pero hoy la abarcaremos a través del mensaje que se encuentra en Eclesiastés Capítulo 7 que se titula “Contraste entre la sabiduría y la insensatez”.

Sabiduría significa la cualidad de actuar con buen juicio. La verdadera sabiduría viene de Dios, quien la da de manera ilimitada a todo aquel que la pide (Santiago 1:5). Dicha cualidad nos permite actuar de una manera responsable y tomar decisiones correctas. Cuando somos guiados por ella, nos evitaremos afrontar consecuencias difíciles y también protegeremos a otras personas que se puedan ver afectadas por esta decisión.

La inteligencia nos permite usar los conocimientos adquiridos para resolver un problema específico, sin embargo, no nos asegura que tomaremos buenas decisiones en nuestra vida diaria. De hecho, hay muchas personas muy inteligentes, que llevan una vida muy desordenada y que no poseen sabiduría.

Ahora bien, la insensatez es la falta de buen juicio, de madurez, de prudencia, de responsabilidad. Es sinónimo de imprudencia y de irresponsabilidad.

Ahora sí empecemos a estudiar algunos versículos en donde se compara la sabiduría con la insensatez:

1.- Eclesiastés 7:3 dice “Mejor es el pensar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón”.

Una persona sabia puede parecer seria y reservada porque se debe concentrar en los pros y contras de su decisión. Mientras que el insensato se ríe al tomar una decisión porque lo está haciendo a la ligera y por eso mismo toma decisiones de manera muy rápida. Pero el que inicia quizás con tristeza en su rostro, se gozará al ver los frutos de su decisión. Por el contrario,  el que inició con risa, terminará sufriendo consecuencias graves y observando también como otros tienen que padecer por esa decisión.

Muchas personas que toman decisiones a la ligera y que se llevan de corbata a otros, no son ni capaces de reconocer su error. De hecho, la persona insensata seguirá buscando siempre excusas o culpando a otros por su situación. Al ser personas irresponsables, tampoco afrontarán las consecuencias de sus actos y muchas veces dejarán solos a los otros que se quedaron inmersos en la situación. Oremos por estas personas para que se arrepientan de corazón y logren enmendar sus errores. Sólo Dios, quien conoce bien los corazones, podrá saber lo que estas personas guardan dentro de ellos y será su amor lo único que podrá lograr un verdadero cambio en ellos.

2.- Eclesiastés 7:5 “Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios”.

Un buen consejo será siempre mejor que la invitación a tomar el mal camino. Lo primero probablemente nos lleve por un camino más largo y sinuoso, pero tendremos un resultado que será duradero y beneficiará a todos los involucrados. En cambio, el otro camino será rápido y placentero pero su destino será algo efímero que terminará lastimándonos.

3.- Eclesiastés 7:8 “Mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu”.

Aquí nos habla de dos cualidades muy importantes: la humildad y la soberbia. Jesús fue quien nos vino a demostrar cómo tener un carácter humilde y es lo que Dios espera de nosotros también. Las personas que tienen el ego muy elevado y son arrogantes, no podrán poseer la verdadera sabiduría.

4.- Eclesiastés 7:9 “No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios”.

No seamos personas que reaccionan con la emoción o con las vísceras, como coloquialmente se dice. Cuando estamos enojados dejamos que aflore todo lo malo que hay en nuestro corazón y no mostramos para nada un carácter apacible. No dejemos que el enojo nos ciegue porque sólo los necios son nublados a tal grado de no querer hacer un esfuerzo para controlarse.  Tengamos dominio propio y reaccionemos de la mejor manera.

En los siguientes versículos nos habla de algo muy importante en donde también se demuestra la sabiduría. Nos dice que el estar recordando y añorando el pasado no es algo que deben hacer las personas sabias. Es como el pueblo de Israel que de continuo estaban recordando las cosas “buenas” que tenían en Egipto aunque eran esclavos. Se quejaban hasta del maná, que era comida de ángeles. No permitamos que la queja reine en nuestra vida porque el que se queja no muestra ni una pizca de agradecimiento. Demostremos que Dios vive en nosotros y seamos felices con cada una de las bendiciones que el día de hoy tenemos.

Termino con un versículo hermoso que nos animará todavía más a ser unas personas sabias. Eclesiastés 7: 12 “Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores”.

El dinero y la ciencia nos pueden ayudar a conseguir muchas cosas en este mundo, pero el conducirse con buen juicio, eso nos garantizará el recibir las verdaderas bendiciones de lo alto. Todo aquello que nos permitirá vivir en plenitud de gozo y  estar siempre llenos de una paz que sobre pasa todo entendimiento.

Les invito a seguir de la mano de Dios y a conducirse con buen juicio.

Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.

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