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Univisión Noticias

Los traficantes de personas usaron un vehículo de mudanzas U-Haul para tratar de engañar a los agentes del orden. Al abrir la puerta de la caja encontraron a varios migrantes y un cadáver

En respuesta a una llamada al 911, policías de Arizona detuvieron un camión de mudanzas de la empresa U-Haul el 1 de octubre de 2020 y al abrir la caja encontraron a 14 indocumentados, uno de los cuales había muerto por deshidratación en el camino. Era el inicio de una nueva táctica que los coyotes siguieron usando durante la pandemia a pesar de las trágicas consecuencias.

A la fecha han sido sentenciados cinco traficantes de personas relacionados con aquel incidente, que ocurrió en una reserva indígena localizada entre Tucson y Phoenix. Algunos han recibido sentencias de más de seis años tras las rejas, según el Distrito de Arizona de la Fiscalía federal

No hay reportes oficiales ni notas periodísticas sobre este hecho, hasta ahora que el Departamento de Justicia anunció la condena contra el quinto implicado, Trajahn Alexander Johnson, de 25 años y residente de Glendale, Arizona. Por participar en la conspiración, un juez federal le impuso un castigo de seis meses de prisión y dos años de libertad condicional.

Sus cuatro cómplices ya están en el sistema penitenciario federal. Se trata de Israel Omar Vargas, quien fue sentenciado a seis años y ocho de prisión; Worine Terrell Sams Jr, que cumple un castigo de cinco años y cuatro meses tras las rejas; Tristan James Mott, condenado a seis años y seis meses de cárcel; y Simone Richard, a quien le impusieron un castigo de tres años de prisión.

Hace más de dos años, agentes del Departamento de Policía de Gila River (GRPD) le marcaron el alto al camión de U-Haul para verificar si lo estaban usando en una actividad. Fue así como encontraron a los migrantes. Además de la persona que falleció, otros cuatro indocumentados fueron trasladados al hospital por deshidratación.

Los policías identificaron a Simone Richard y a Tristan James Mott como el chofer y el pasajero del vehículo, respectivamente. Más tarde descubrieron a sus otros tres cómplices.

“El tráfico de personas siempre es una propuesta comercial riesgosa y, a veces, aquellos que buscan una vida mejor en Estados Unidos pagan el precio más alto”, dijo el fiscal federal Gary Restaino en un comunicado.

“Gracias al trabajo colectivo de un ciudadano que llamó al 911, policías tribales observadores y agentes federales dedicados, desarticulamos un plan de tráfico de extranjeros y responsabilizamos a estos cinco acusados por la muerte de un migrante bajo su cuidado”, agregó el funcionario.

“Nadie debería perder la vida a manos de un traficante”, señaló Scott Brown, titular de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Arizona, en el comunicado. “Juntos, con nuestros socios en agencias del orden, continuamos identificando grupos de traficantes para proteger la frontera de Estados Unidos y salvar las vidas de las personas de las que estas organizaciones se aprovechan”.

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