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En ese discurso, el presidente Trump dijo a los asistentes que él los acompañaría al Capitolio, donde en ese momento la sesión del Congreso recibía los resultados del Colegio Electoral que certificaban el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales y que finalmente fue interrumpida temporalmente por los insurrectos.
Meadows dijo después que era una “manera figurada de hablar” del entonces mandatario y que nunca estuvo planeado que él se acercara a la sede del Congreso.
Sin embargo, Hutchinson afirmó que Meadows y otros integrantes de su círculo estaban presionando para que Trump encabezara la movilización de sus simpatizantes hasta el Capitolio.
Según comunicaciones entre miembros del equipo de seguridad de la Casa Blanca, el Servicio Secreto estaba buscando rutas para transportar la caravana del presidente hasta el lugar, aunque ya sabían que estaba en desarrollo el ataque de los grupos vandálicos.
En un momento, Hutchinson tuvo un intercambio de textos con el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en el que este le pedía que no permitiera que el presidente llegara al Capitolio.
La versión de la exfuncionaria indica que Pat Cipolloni y otros miembros del equipo legal de Trump, ya le habían dicho que una movida de ese tipo podía interpretarse como un intento de interferir en el proceso de conteo y, ya con la violencia en marcha, como incentivo a una insurrección.
Al terminar su discurso, el presidente abordó el vehículo presidencial y, según el testimonio, tenía la impresión que iba hacia el Capitolio, como era su deseo.
Pero la exfuncionaria explicó que Tony Ornato, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, le dijo que Trump estaba tan enojado que se abalanzó hacia el frente de su limusina presidencial e intentó girar el volante.
Según Hutchinson, Ornato contó que Trump gritaba: “Soy el maldito presidente. Llévame al Capitolio ahora. Luego, Trump “estiró la mano hacia la parte delantera del vehículo para agarrar el volante”.
Trump no quería “hacer nada” para detener la insurrección
El 6 de enero, mientras se desarrollaba la violencia en el Capitolio, Cipollone entró a la oficina de Meadows exigiendo una reunión con Trump.
“Recuerdo que Pat le dijo algo como ‘los alborotadores han llegado al Capitolio. Tenemos que bajar y ver al presidente ahora'”, dijo Hutchinson en una entrevista grabada en video.
“Y Mark lo miró y dijo: ‘Él no quiere hacer nada, Pat'”, afirmó Hutchinson.
Cipollone enfatizó la necesidad de tomar medidas para controlar la situación, agregó Hutchison.
“Le dijo claramente a Mark: ‘Mark, hay que hacer algo o la gente va a morir y la sangre estará en tus malditas manos. Esto se está saliendo de control (…) Voy a bajar allí “.
Sobre lo que pasaba dentro de la Casa Blanca
Las primeras preguntas a Hutchinson hechas por Cheney estuvieron centradas en una reunión del 2 de enero entre Meadows y el entonces abogado personal de Donald Trump, Rudolph Giuliani.
De acuerdo con el relato de la exasistente, ella pudo hablar con Giuliani quien la habría dicho el 6 de enero (días de la certificación del resultado electoral en el Congreso) que “el presidente va a quedar poderoso”, aunque no le explicó en detalle a qué se refería o qué planes tenía la campaña del presidente para esa fecha.
Hutchinson aseguró que le comunicó a Meadows la “interesante conversación” que había tenido con Giuliani, a lo que él le respondió: “Cass, hay muchas cosas que están pasando (…) Las cosas podrían ponerse muy, muy mal el 6 de enero”.
Al inicio de la sesión, el comité presentó un diagrama de la Casa Blanca para mostrar la posición de la oficina de la asistente del jefe de gabinete respecto a la Oficina Oval, el despacho del presidente.
“Estaba disgustada. Era antipatriótico”
Hutchinson dijo que escuchó a Meadows decir que Trump dijo que Pence merecía esos cánticos con lo que los vándalos pedían su ahorcamiento.
“Recuerdo que Pat (Cippolone) dijo algo como: ‘Mark, tenemos que hacer algo más, literalmente están pidiendo que se cuelgue al vicepresidente’. Y Mark había respondido algo así como: ‘Lo escuchaste, Pat, cree que Mike se lo merece, no cree que estén haciendo nada malo'”.
En un punto de la sesión, la representante Cheney mostró un tuit de Trump el 6 de enero a las 2:24 pm en el que el exmandatario dijo que Pence “no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho”. Cheney luego le preguntó a Hutchinson cómo reaccionó al ver eso.
“Como miembro del personal que trabaja para representar siempre a la administración lo mejor que pueda y para mostrar las cosas buenas que había hecho por el país, recuerdo sentirme frustrada, decepcionada, se sentía personal, estaba muy triste. Como estadounidense, estaba disgustada. Era antipatriótico, no era estadounidense. Estábamos viendo el edificio del Capitolio siendo desfigurado por una mentira”, dijo Hutchinson.
Trump reacciona, en tiempo real
El expresidente Trump afirmó el martes que “apenas conoce” a Hutchinson, y personalmente rechazó una solicitud que ella hizo para unirse a su personal posterior a la presidencia en Mar- a-Lago, diciendo que se estaba vengando porque ella estaba “muy molesta y enojada porque no la quería” en su residencia de Palm Beach, Florida.
“Cuando ella solicitó ir con otros miembros de mi equipo a Florida después de haber cumplido un mandato completo en el cargo, personalmente rechacé su solicitud”, dijo Trump en Truth Social durante el testimonio en vivo de Hutchinson.
Meadows era el jefe de gabinete del expresidente.
Trump ha minimizado previamente su relación con testigos clave que han cooperado con la investigación de la Cámara de Representantes.