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Faby Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos, con inmensa alegría en mi corazón les saludo en esta ocasión y pido al Señor que extienda su brazo de favor sobre todos ustedes. Pido también que ustedes no dejen de sorprenderse por todo lo que Dios les da y que vean todas las cosas que tienen en su vida y por las cuales hay que estar agradecidos.

En esta ocasión, el Señor ha puesto en mi corazón un mensaje que escribió el Rey David y que es conocido como el Salmo de Acción de Gracias de David. Se encuentra en 1 de Crónicas Capítulo 16. Justo antes de escribir estas emotivas palabras de agradecimiento al Señor, David y su pueblo estaban celebrando el regreso del Arca de Dios, la cual había estado perdida por varios años.

El Rey David organizó un gran festejo que incluyó 3 alimentos muy significativos: torta de pan, pieza de pan y torta de pasas. Estos tres alimentos se daban únicamente cuando el evento era en verdad muy especial. Así también, ese día el Rey David designó a los levitas.

En su definición más general, levita es una persona de la tribu de Levy. Pero en cuanto a su definición en el contexto bíblico, es una persona dedicada a la adoración al Señor, sea a través de la música o el canto. Es decir, una persona que tuviera el don de tocar algún instrumento o bien, el don de cantar. Si alguien sabía de esto era David, pues como bien sabemos, él era un adorador en espíritu y verdad. Disfrutaba mucho alabar al Señor.

Ahora si, vamos directo a lo que nos dice este salmo. 1 Crónicas 16: 11-13 “Busquen al Señor y su fuerza, búsquenlo continuamente. Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y las resoluciones que ha dictado, ustedes, hijos de su siervo Israel, descendientes de Jacob, elegidos de Dios”.

Es claro este mensaje en cuanto a lo que debemos hacer para mostrar nuestra gratitud a Dios. Tenemos un Dios Fuerte que ha estado ahí listo para derramar su amor y su paz cuando más lo necesitamos. No olvidemos nunca agradecer al Señor por todo aquello que nos da cada día.

Cuando estamos pidiendo algo a Dios sólo en eso pensamos, luego lo recibimos y sólo agradecemos por un tiempo. De ahí se nos olvida y nos enfocamos en algo nuevo que estamos pidiendo. Nunca olvidemos de agradecer por cada una de las cosas que el Señor nos ha dado aun cuando estemos atravesando otra situación nueva que nos apremie más. Es más, hay que seguir agradeciendo también cuando todo está tranquilo en nuestra vida.

En la segunda parte del versículo nos habla de algo muy importante que nunca se nos debe olvidar. Nos recuerda que somos hijos de Dios, pueblo escogido, legión santa, somos especiales para Dios, somos sus elegidos. Eso es en verdad un privilegio muy grande y al recordarlo, nuestra identidad como hijos de Dios se afirma más y podemos ser mucho más agradecidos. De esta manera, nos será también más fácil cumplir con las cosas que Dios nos pide hacer.

Otro parte importante de este salmo de agradecimiento es la siguiente. 1 Crónicas 16: 14-15 “Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra. Recuerden su pacto para siempre, el compromiso que adquirió con mil generaciones”.

Tenemos un Dios que es la fuente de todo y por supuesto, es la fuente de la fortaleza que necesitaremos para enfrentar cualquier circunstancia adversa en nuestra vida. Si Dios está con nosotros, nadie podrá estar en nuestra contra. Somos hijos del Todopoderoso, el Dios de Imposibles, el Rey de Reyes y Señor de Señores.

No intentes resolver los problemas en tu propia fuerza, pues esa, tarde o temprano se te agotará. Pide y recibirás la fuerza que viene de Dios y esa permanecerá para siempre. Cuando débil te sientas acude a Él y nunca serás defraudado. Te sentirás tan fuerte como nunca antes y podrás enfrentar todo lo que se te presente.

La Palabra de Dios se cumple siempre, al igual que sus promesas. El pacto que Dios hace con nosotros es perpetuo. El Señor sabe bien lo que significa hacer un compromiso y nunca nos fallará. Lo mejor de todo esto, es saber que además de que todos recibiremos las promesas que nos ha hecho en esta vida y también en la vida eterna, nuestros descendientes seguirán recibiendo todas esas bendiciones por las que hoy estamos orando.

Así que no te desanimes y sigue orando cada día por todo aquello que quieres que tus hijos y los hijos de tus hijos, reciban. Como bien dice en la Palabra de Dios, hasta mil generaciones seguirán recibiendo todas esas promesas que Dios ya ha declarado para ti toda tu casa.

Te pido hoy Señor que nos perdones por no agradecerte siempre por todas las maravillas que has hecho en nuestra vida. Sigue llenándonos de fuerza y sigue escuchando nuestras oraciones. Sabemos que todas tus promesas se cumplirán y que aun cuando ya no estemos en este mundo, nuestras futuras generaciones seguirán siendo bendecidas por ti.

Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.

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