Publicidad
Anuncios

Faby Navarrete/Tu Tiempo Digital

Hola a todos, con el alma reconfortada y con un Espíritu fortalecido me dirijo este día a todos ustedes a través del siguiente mensaje que el Señor ha puesto en mi corazón.

Ya hemos hablado en anteriores ocasiones acerca de lo importante que es dejar que sea Dios quien pelee nuestras batallas. Este parece un consejo sencillo para quien lo dice, pero incomprensible para la persona que se encuentra atravesando una situación difícil y que le parece imposible poder salir de esa situación.

El dolor, la desesperación, la frustración, impotencia, enojo, ansiedad y demás cosas que se apoderan de nosotros cuando alguien nos ofende o estamos enfrentando algún problema, nos nublan el entendimiento y no podemos ver la salida. El panorama que vemos es totalmente desalentador.

Si tu acudes a ese lugar secreto y le cuentas a Dios lo que te está pasando, incluso aun cuando Él ya lo sabe, notarás cómo el Señor derrama su paz sobre ti y te dará además fuerza para poder atravesar cualquier situación. Tu problema ya no se verá tan mal y podrás descansar en Él. Te sentirás más ligero y confiado porque ahora ya todo lo que te agobiaba se lo entregaste al Señor. La situación podrá no cambiar pero tú ya no estarás preocupado y vivirás mucho mejor cada día sabiendo que todo está en manos de Dios.

Es en verdad increíble lo que se experimenta después de entregarle a Dios todas tus cargas. Yo lo he sentido una y otra vez. Me ha tocado escuchar a personas que no entienden mi forma de actuar que me dicen que cómo puedo estar tan tranquila. Quien ya ha visto obrar al Señor en su vida, no tiene la menor duda de que lo volverá a hacer. Si tú aún no has visto cómo Dios se encarga de resolver algo en tu vida sin que hagas nada tú en tus propias fuerzas, dale hoy la oportunidad de demostrarte que Él está ahí listo para pelear tus batallas.

El Salmo 55 se titula “Destrucción de enemigos traicioneros”. Es un título fuerte pero ahí viene bien descrito lo que le pasará a todas esas personas que se levantan en tu contra, que te calumnian y que han buscado dañarte. El Rey David, quien escribió esta Salmo, fue una persona que sabía muy bien lo que era ser perseguido injustamente. Dios lo libró una y otra vez de sus enemigos y le dio la Victoria. Lo que David siempre hizo fue entregarle sus cargas al Señor y confiar plenamente en Él. Supo esperar con paciencia lo que el Señor haría y perdonó a sus adversarios. Al mismo Rey Saúl le perdonó la vida cuando tuvo la oportunidad de matarlo y no sólo eso, sino que ayudó a los descendientes del Rey Saúl.

Ahora sí nos vamos directo a la primera cita de hoy. Salmos 55:22 “Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo”.

No importa el problema que estés enfrentando. Dios es experto en sanar enfermedades, es experto en reconciliar personas, en restaurar relaciones, en apartar a tus hijos de los malos caminos, es experto también en darte la provisión que necesitas y en prosperarte en todas las áreas de tu vida. No hay una sola área de tu vida en la que Dios no pueda ayudarte.

Como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, la Justicia es de Dios. Tú no debes guardar rencor a quien te haya ofendido. Ora por esas personas y el Señor se encargará de colocar a cada persona en el lugar que le corresponde. Si alguien manchó tu nombre tus ojos verán como Dios limpia tu nombre y te exalta.

Salmos 55:18Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos”.

No importa cuántas personas se levanten en tu contra. Si Dios está contigo nadie podrá vencerte. Deja que Él sea quien actúe a su debido tiempo. Deposita toda tu confianza en el Señor y nunca serás defraudado.

Me despido deseando que permanezcan fieles a Dios y que su senda sea como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. (Proverbios 4:18).

Les amo, les abrazo, y primero Dios los veo muy pronto.

Publicidad

Deja un comentarioCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.