Faby Navarrete/ Tu Tiempo Digital
Hola a todos, con un corazón lleno de gozo y un alma reconfortada por el Señor le saludo hoy. Pido a Nuestro Padre que sea Él siempre la luz que ilumine cada uno de sus pasos.
Justo en este mes en que celebramos el día de la madre, el Señor ha puesto en mi corazón este mensaje en donde recordaremos las cualidades de la mujer virtuosa y que se encuentran en el Libro de Proverbios Capítulo 31.
Hoy más que nunca resulta difícil encontrar mujeres que traten de cultivar todas estas cualidades. Este mundo está tan lleno de vanidad que se le da más importancia a las características físicas de una persona y/o a las cosas materiales que posee, el tipo de trabajo que tiene o que tan exitosa es. La carencia de valores y principios es cada vez más evidente y por eso la sociedad reconoce sólo aquellas mujeres que cumplen con el estereotipo de belleza o bien con el tipo de éxito profesional que consideran más alto.
Así también, en esa competencia laboral que existe entre hombre y mujer, se han perdido ya muchos de los roles más importantes de una mujer y que forman parte de su esencia. Todas esas cualidades que Dios le otorgó sólo a la mujer para que pudiera cumplir con su importante papel de “ayuda idónea”. La competencia ya no es sólo en el ámbito laboral, sino que ya también un alto porcentaje de mujeres beben alcohol, fuman, se drogan o cometen adulterio, tanto o más que los hombres.
Resulta urgente que hoy recordemos todo eso que Dios puso en nosotras desde el momento en que estábamos en el vientre de nuestra madre. Así también, Dios basándose en esas cualidades, otorgó un rol específico a las mujeres con funciones bien detalladas. Con esto no quiero decir que la mujer no deba trabajar y aportar también ingreso a su hogar, sino que aun haciendo esto, sus funciones dentro del ambiente familiar deben permanecer y deben ser para ella algo muy importante.
Cuando una mujer toma su identidad como hija de Dios, se siente privilegiada por poseer todas estas cualidades y deseará realizar cada una de sus funciones con amor y con toda la entrega, sabiendo que tiene un papel crucial en la vida de sus seres más amados.
Ahora sí, vamos en específico a la cita donde nos empieza a hablar de la mujer virtuosa.
Proverbios 31: 10 y 11 “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa
largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado y no
carecerá de ganancias”.
Justo aquí nos dice que es difícil de encontrar una mujer así. Dios sabe esto y por eso en su Palabra nos deja esa guía detallada para que sepamos cómo debemos comportarnos para volvernos este tipo de mujeres. Destaca que la belleza física no es lo más importante en este tipo de mujer, sino lo que hay en su interior. Una mujer que procura cultivar los frutos del Espíritu (amor, gozo, paz, bondad, fe, paciencia, humildad, mansedumbre, templanza) será una mujer con integridad, una mujer honesta en quien su marido podrá depositar toda su confianza. También será una buena administradora de los bienes del hogar, logrando incluso, multiplicar los ingresos.
Otras de las cualidades de esta mujer virtuosa y que vienen en este mismo Capítulo 31 de
Proverbios. Es una mujer madrugadora, trabajadora, que se levanta de noche y cuya lámpara no se apaga nunca. Trae su pan de lejos y da comida a su familia. Extiende sus manos al menesteroso, es decir, es compasiva y misericordiosa. Todo esto, entre otras muchas más cosas que vienen detalladas en este capítulo y que les invito a leer con detenimiento. Proverbios 31:25 “Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría; Y la ley de clemencia está en su lengua”. Sus hijos la llaman bienaventurada y su marido la alaba.
Una mujer virtuosa no se deja vencer y no se alarma al recibir malas noticias porque su confianza está puesta en Dios. Esta mujer le pide a Dios sabiduría para poder tomar decisiones correctas y también poder aconsejar a los miembros de su familia. La mujer sabia edifica su casa, pero la necia, con sus manos la destruye (Proverbios 14:1).
La mujer virtuosa hace las cosas con amor y sin esperar la recompensa de los hombres, pues sabe que su recompensa vendrá de Dios. Sin embargo, también será reconocida por su familia. Termino esta reflexión con estas últimas y alentadoras palabras que están en los últimos versículos de mismo capítulo. Proverbios 31:29-30 “Muchas mujeres hicieron el bien; Más tu sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosa; La mujer que teme al Señor, esa será alabada”.
Seamos mujeres que aman y temen al Señor para que Él nos de la sabiduría necesaria para poder seguir realizando esta ardua y privilegiada labor. Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.