Publicidad

Faby Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos, con un alma totalmente reconfortada por el Señor, los saludo en este día y pido a Nuestro Padre que siga derramando su gracia, su amor y esa fortaleza que todos necesitamos para seguir adelante en nuestro caminar.

En momentos de tanta incertidumbre y rodeados de tantos eventos desagradables, la angustia, depresión y desánimo de las personas sigue aumentando. Es por eso que debemos ir directo a los brazos de Papá y pedirle que nos de ese consuelo que todos necesitamos para poder seguir adelante y levantar nuestro confianza en Él.

Que mejor manera de recibir un apapacho de parte de Nuestro Padre que a través del mensaje que encontramos en el “Cántico de Liberación de David” que se encuentra en 2 de Samuel Capítulo 22 y que les invito a leer completo de manera personal.

En el versículo 17 dice: “Envió desde lo alto y me tomó, Me sacó de las muchas aguas. Me libró de poderoso enemigo, Y de los que aborrecían, aunque eran  más fuertes que yo”. Que reconfortante saber que tenemos un padre que vendrá a rescatarnos de cualquier situación y que sin importar lo fuerte e invencibles que parezcan nuestros adversarios, Él los colocará en el lugar que les corresponde.

En el versículo 20 dice: “Y me sacó a lugar espacioso: Me libró, porque se agradó de mí”. Sin importar lo difícil que parezca la situación, el Señor peleará nuestras batallas y nos dará la victoria. Pero la parte final de este versículo es la más importante. Como ya hemos dicho Dios nos premiará grandemente cuando hacemos lo que a Él le agrada.

Después en los versículos del 21 al 23 nos dice: “El Señor me recompensó por hacer lo correcto; me restauró debido a mi inocencia. Pues he permanecido en los caminos del Señor; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal. He seguido todas sus ordenanzas, nunca he abandonado sus decretos”. (Versión de la Nueva Traducción Viviente).

En este versículo nos dice claramente que Dios nos da una gran recompensa si nosotros mantenemos un corazón limpio que es sinónimo de ser inocentes. En la versión de la Reina Valera dice “Dios me ha premiado conforme a mi justicia”. Una persona inocente y de corazón limpio será también una persona justa. Mantener un corazón puro es algo difícil pero se lo debemos pedir a Dios cada día como lo hacía David y nos dice en Salmos 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Después, hace  hincapié en que hay que cumplir con sus mandamientos, sus estatutos y apartarse del mal.

De ahí en el versículo 26 dice “Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio. Y rígido serás para con el perverso”. Jesús nos vino a mostrar cómo ser misericordiosos y compasivos. Muchos podemos sentir empatía por otros, pero mostrar misericordia es dar 5 pasos más hacia adelante. No es sólo ponerse en los zapatos del otro, sino hacer algo que en verdad los ayude a sentirse mejor o salir de su condición. Es ir más allá de la frase “Dios te bendiga” y ser parte de la bendición.

Una persona que guarda en su corazón lo puro, lo digno, lo justo, lo de buen nombre, será una persona recta e íntegra. Buscará siempre y en todo momento agradar al Señor. La verdadera integridad se muestra cuando estamos solos. Pero para lograr la integridad debemos pedir ayuda a Dios. Será a través del Espíritu Santo que lograremos mantenernos en los caminos rectos y hacer lo correcto ante los ojos del Señor.

Terminamos esta reflexión con el versículo 31 que dice: “En cuanto a Dios, su camino es perfecto; acrisolada es la palabra del Señor: Él es escudo a todos los que a Él se acogen”.

Sólo la Palabra de Dios que es intachable, nos puede mantener en el buen camino. Dios es el único escudo que podrá protegernos.

Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.

Publicidad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.