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Faby Navarrete/ Tu Tiempo Digital

Hola a todos, muy agradecida por todo lo que Dios me muestra cada día, me dirijo hoy a ustedes deseando con todo mi corazón, que este mensaje llegue a todos esos corazones que más lo necesitan y que puedan sentirse más tranquilos y alentados después de leerlo.

En esta ocasión, el Señor ha puesto en mi corazón un mensaje en donde recordaremos que importante es comportarnos con humildad, y dejar todos nuestros problemas a Dios paradescansar en Él.

Hoy estudiaremos algunos versículos del Capítulo 5 del Libro de 1 de Pedro en donde se nos recuerda antes que nada, que Jesús volverá con gloria y majestad y que le dará una corona de gloria a todos aquellos que supieron esperar en Él y guardar sus mandamientos.

1 Pedro 5:4 “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. La verdad que hoy quise iniciar con esta cita porque es en verdad alentador saber que todo ese esfuerzo que hacemos día con día por hacer aquello que a Dios le agrada, tendrá su recompensa. Vivir en este mundo, en donde la mayoría decide hacer lo más fácil, lo que más conviene a sus intereses o deseos y hacer aquello que Dios nos pide, es todo un reto. Por lo general, lo que el Señor nos pide no es el camino más fácil ni el que se ve más tentador, sin embargo, será siempre el que nos dará las bendiciones duraderas que Dios quiere para todos nosotros.

Una vez recordando lo anterior, proseguimos con aquello que Dios nos demanda. 1 Pedro 5:5 “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad porque: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”.

Sin importar tu edad, ya sea que te toque ser el joven que tiene que buscar consejo en el anciano, o el anciano que debe dar un buen ejemplo al joven, todos sin excepción, debemos ser personas que practiquen la mansedumbre y la humildad. Jesús fue quien nos vino a modelar estas cualidades y lo hizo de manera perfecta.

En la segunda parte explica el por qué debemos ser humildes y vaya que lo deja muy claro. Una persona soberbia, considera su pensar y actuar correctos y no acepta que se le indique lo contrario. No aceptará nunca que ha cometido un error y mucho menos, podrá disculparse con nadie. Esa persona no aceptará que Dios es quien le dará la sabiduría para saber conducirse correctamente en esta vida.

Sólo aquel que es humilde de corazón logrará rendirse ante Dios y decir sinceramente: “Dios ayúdame y guíame porque estoy perdido”. Llegará ante el Señor con un corazón contrito y humillado, entonces, el poder de Dios se perfeccionará en él. Será lleno de paz, sabiduría y fortaleza. Es por eso que muchas personas dicen que oran y no sienten nada, porque no han logrado rendirse totalmente ante Nuestro Padre.

Ahora bien, la humildad se debe tener al ir ante Dios, pero también se debe practicar al relacionarnos con nuestro prójimo. Debemos ser humildes con todos los que nos rodean y también con aquellos que nos han lastimado. Muchas veces, yo sé que esto no es nada fácil porque nuestro instinto de protección, orgullo herido u amor propio, salen a flote de manera automática. Si además de esto, traemos arrastrando un sentimiento de rechazo que no hemos logrado vencer, lo más común es que reaccionemos mal ante una ofensa o desprecio de alguien.

Hoy en día está muy de moda que te aconsejen que ignores a la persona que te ofendió y que así, con tu indiferencia, lo castigarás. La verdad, en mi propia experiencia, te digo que esto no funciona porque ignorar es casi igual a ofender y más si lo hacemos con esa intensión de vengarnos.

Recuerda que ante todo, una persona que cree y sigue a Dios, no se puede comportar como los demás y así parezca que tú eres el que queda como una “tonto (a)”, la verdad es que,ante Dios, tu quedas como un hijo que muestra un corazón humilde y será Dios quien te de la recompensa. En esta misma vida, el Señor se encargará de que toda esa situación que hoy parece desfavorable para ti, cambie por completo para que todos vean que tú actuaste correctamente.

Es así como llegamos al último versículo de hoy. 1 Pedro 5: 6-7 “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de vosotros”.

Sigamos buscando a Dios cada día en oración y hagámoslo siempre con un corazón humilde, para que Dios sigua siendo el que derrame de su paz, amor, sabiduría y fortaleza sobre nosotros. Así también, dejemos todas esas cosas que nos abruman en las manos del Señor para que podamos vivir tranquilos y en plenitud de gozo porque es así como Dios nos quiere ver siempre.

¡Descansemos en el Señor y mostremos siempre humildad¡

Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.

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