Fabiola Navarrete/ Tu Tiempo Digital
Hola a todos, con inmensa alegría les saludo y deseo con todo mi corazón que en sus corazones abunde el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la Fe, la mansedumbre y la templanza.
En dos días más estaremos celebrando la Navidad y es un momento muy oportuno para hablar de todos estos frutos del espíritu que deben practicarse hoy más que nunca. Es justo en esta época cuando debemos procurar lo más posible vivir en armonía con nuestra familia y con todas las demás personas con las que sostenemos una relación.
Muchos tendremos la fortuna de pasar estas fiestas en familia, sin embargo, hay muchas personas que se la pasarán solas y en condiciones muy deplorables. Esta debe ser nuestra mejor oportunidad para demostrar el amor por nuestro prójimo. Ayudemos a Dios a llegar a los corazones de muchas personas. Seamos de bendición para los demás. Recordemos que: “el mejor adorno navideño es nuestro comportamiento”.
Jesús nos dejó un mensaje hermoso en Mateo 5 en donde están las bienaventuranzas. Una persona bienaventurada es aquella que goza de buena ventura. Es una persona afortunada y feliz. Es la persona que goza de la felicidad plena, también conocida como gozo, y que sólo Dios nos puede conceder. Mis 5 bienaventuranzas favoritas son:
Mateo 5:4 ” Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”.
Mateo 5:5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”.
Mateo 5:7 “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.
Mateo 5:8 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.
Justo al terminar las bienaventuranzas, se encuentran unas palabras hermosas que nos deben seguir alentando para ser este tipo de personas que a Dios le agradan. Versículos 12 dice: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón en grande en los cielos”. Ya sabemos que la verdadera recompensa viene de Dios y aunque el mayor regalo será estar en su Presencia, Dios también nos recompensa en esta vida. Él nos extiende su favor y su gracia si nosotros caminamos de su mano y nos comportamos como verdaderos hijos.
Después encontramos otro mensaje muy importante que esta Navidad debemos llevar a la práctica también. En el versículos 13 nos dice que somos la sal de esta tierra. Tenemos que aprovechar todas estas oportunidades de convivencia familiar para mostrar que el amor y la gracia de Dios vive dentro de nosotros. Seamos la sal que aderezará todos los platillos que se servirán en la mesa. Esto lo lograremos al mantener buenas relaciones con nuestros familiares y amigos, pero también lo haremos al ayudarlos a ellos a estrechar lazos de amor, como esos pacificadores que Dios nos pide que seamos.
Dios nos ha colocado en distintos escenarios para que demos un buen ejemplo y para que lleguemos a todo lugar a alumbrar con esa luz que Él ya ha depositado en nosotros. Así como dice el versículo 14 que somos la luz del mundo. Tenemos esa gran responsabilidad y hoy más que nunca debemos realizar el mejor papel como hijos de Dios. Llenemos de luz todo lugar que pisamos, aun el más oscuro. Nosotros somos la verdadera luz de esta Navidad.
En el versículo 16 nos dice de manera clara: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están en los cielos”.
Ayúdanos Señor a iluminar todo lugar a donde vayamos y seguir el ejemplo de Jesús. Gracias Padre por amarnos tanto y habernos dado a tu único hijo. Hermoso Jesús, te amamos y te agradecemos tanto por haber dado tu vida por nosotros.
Te amamos Jesús, nuestro Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
¡Feliz Navidad!
Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.