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Univision Noticias

Ovidio no lo habría logrado sin la brutalidad de sus hermanos. Su principal tarea es dirigir las operaciones del fentanilo y colectar las millonarias ganancias. Mientras sus hermanos mayores Joaquín Guzmán López, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, se encargan de manejar el sistema que le permite a su facción seguir existiendo. Desde la entrega de sobornos a policías corruptos y la compra del arsenal que portan sus sicarios, hasta las torturas y asesinatos de sus rivales.

El cartel funcionaba con relativa normalidad en 2015, cuando ‘El Chapo’ preparaba su segundo escape de prisión. La Fiscalía neoyorquina señala que la cúpula del grupo se reunió en un rancho de Iván Archivaldo Guzmán para discutir cómo quedarían repartidos los territorios que controlaban. El pacto se rompió cuatro años después porque no los ayudaron en el rescate de Ovidio Guzmán.

‘Los Chapitos’ echaron mano de un comando de matones conocido como ‘Los Ninis’, cuyos líderes son Néstor Isidro Pérez Salas y Jorge Humberto Figueroa Benítez. A ellos les pidieron secuestrar, torturar y matar a todos los líderes del cartel que se opusieran a ellos. Sus víctimas fueron llevadas a una finca de Iván Archivaldo Guzmán en Navolato, Sinaloa. A varios les quitaron la vida a balazos, pero otros fueron lanzados para que tigres los devoraran vivos.

“Como resultado de esa violencia, el cartel incrementó su poder y la facción de ‘Los Chapitos’ creció”, al grado que ahora “han alcanzado casi el control total sobre todas las actividades de tráfico de drogas en muchas partes de México, incluyendo la fabricación y tráfico de fentanilo”, señala la acusación sometida en una corte federal de Manhattan.

Culiacán es su principal bastión y allí cobran “impuestos” a otros narcos y hasta por la venta de cerveza, papel de baño, electrónicos y otros artículos. En esa localidad, sus pistoleros portan sus armas en público, pero lo prohíben a todos aquellos que no están afiliados a la facción, según el gobierno.

La misma brutalidad con la que se apropiaron de Culiacán la han usado en otros territorios de México. Su táctica es asociarse con policías corruptos, hacer tratos con otros carteles y pandillas locales, y atacar a los jefes de grupos regionales. Le dicen “limpieza” y la han aplicado en Coahuila, Michoacán, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua y Baja California.

En Coahuila se aliaron con el Cartel del Noreste y en Chihuahua se acercaron a la pandilla callejera Artistas Asesinos. La acusación describe que, en agosto de 2022, los pistoleros de ‘Los Chapitos’ se unieron a los Artistas Asesinos en Ciudad Juárez para destruir negocios que pertenecían a un cartel rival. Por incendios y balaceras hubo más de 10 muertos. A ese episodio se le conoce como ‘Jueves Negro’.

Otros actos violentos que el Departamento de Justicia les atribuye son los asesinatos de tres miembros de Los Zetas que capturaron en las montañas en los límites de los estados de Sinaloa y Durango en mayo de 2017. Los interrogaron mientras les daban descargas eléctricas, hasta que les dispararon frente a Jesús Alfredo Guzmán, alias ‘Alfredillo’.

‘Los Ninis’ también secuestraron a dos agentes de la extinta Procuraduría General de la República (PGR). A uno lo agarraron saliendo del aeropuerto de Culiacán y lo llevaron al rancho de Navolato. Lo torturaron cruelmente hasta el día siguiente, cuando llegaron los hijos de ‘El Chapo’. Lo interrogaron y le dispararon en la cabeza. Al otro oficial lo trasladaron a la misma finca y lo torturaron durante dos horas. Le insertaron un sacacorchos en el cuerpo y en las heridas abiertas y en la nariz le pusieron chile. Su sufrimiento terminó hasta que Iván Archivaldo Guzmán lo baleó. Los cadáveres de estos policías fueron arrojados cerca de un hotel en Navolato.

Los hijos mayores de ‘El Chapo’ también habrían participado en la tortura y asesinato en octubre de 2010 de Israel Rincón Martínez, alias ‘El Guacho’, quien era miembro del clan de los hermanos Beltrán Leyva. Ellos y su medio hermano Joaquín Guzmán López serían responsables de las muertes de Jesús Antonio Muñoz Parra el 30 de diciembre de 2010, de Mario Nungaray Bobadilla el 6 de mayo de 2021 y de Geovani Hurtado Vicente el 17 de octubre de 2021.

Además del conocido caso en el que ordenó el asesinato de un cantante de música regional mexicana que no quiso asistir a su boda, Ovidio Guzmán estaría detrás de otros crímenes. Se alega que sus operadores en Los Ángeles le ordenaron en julio de 2019 a un integrante de su grupo, quien terminó cooperando con las autoridades, que asesinara a una persona que había comprado fentanilo y no quería pagar su deuda. Un sicario contratado lo baleó, pero sobrevivió al ataque.

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