Ovidio Guzmán, de 33 años, es el rey de ese emporio internacional de fentanilo. Un cálculo conservador señala que obtienen unos 10 millones de dólares al año por el polvo y las pastillas de fentanilo que producen en laboratorios ocultos en la sierra y en casas de Sinaloa. Esa mercancía es transportada en autos particulares que cruzan las garitas, por personas que la esconden bajo su ropa, camiones comerciales, paquetería aérea, en lanchas que navegan sigilosamente por el mar de California y también por túneles, el método que inventó su padre hace tres décadas.
Desde 2014, cuando tenía alrededor de 24 años, Ovidio Guzmán quedó al frente del primer laboratorio de fentanilo que fue instalado en una modesta casa de Culiacán. ‘El Chapo’ había mandado a miembros de su cartel a China para que exploraran el negocio ilícito que venía. El cartel tenía la mayor parte de su producción de metanfetamina en Huatabampo, Sonora. Édgar Guzmán López, otro hijo de ‘El Chapo’, era el encargado de traer efedrina desde Argentina y, cuando lo asesinaron a balazos en 2008, Ovidio Guzmán tomó su puesto. Tenía 18 años.
Las primeras píldoras de fentanilo que se elaboraron bajo la supervisión de ‘El Ratón’ eran llevadas a casas de seguridad en Tijuana y luego las cruzaban a EEUU. “Desde esos primeros días, la manufactura de fentanilo del cartel ha explotado y la demanda por una droga muy peligrosa y potencialmente letal han crecido significativamente”, señala el gobierno.
El Departamento de Justicia alega que el éxito de ese negocio se debe en parte a que el cartel ha llevado a los consumidores de distintas drogas al fentanilo, al mezclarlo con otros narcóticos. Esa estrategia inclusive afectó a los vendedores de heroína y la solución de Ovidio Guzmán fue establecer un sitio en la Ciudad de México donde éstos pueden comprarle el opioide para agregarlo a su mercancía.
La influencia criminal de Ovidio llega hasta la zona metropolitana de Los Ángeles, en California, donde sus operadores almacenan decenas de miles de pastillas y kilos de fentanilo en polvo, y envían el producto al resto del país, cada vez más usando el servicio de paquetería.
Seis jefes y miembros de ‘Los Chapitos’ están ahora en la lista de los 10 traficantes más buscados por la DEA. Por información que lleva a las capturas de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar se ofrecen recompensas individuales de 10 millones de dólares. Por el resto pagarían hasta $1 millón.