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Univision Noticias

En el inicio de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, revisamos las recomendaciones de la OMS y los CDC para los casos en que madres y/o lactantes contraigan la enfermedad, además de confirmar con un virólogo, una epidemióloga y una consultora en lactancia maternas cuáles son las formas de contagio y qué se sugiere hacer en estos casos.

No hay pruebas de que la viruela del mono –declarada “ emergencia de salud internacional” el pasado 23 de julio de 2022– se transmita a través de la lactancia materna, pues aún no hay estudios que lo confirmen. Sin embargo, como el virus se transmite por contacto directo (piel con piel, por ejemplo), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sí recomiendan que una persona que ha desarrollado la enfermedad suspenda la lactancia hasta que la haya superado.

“ Todavía no se sabe si el virus de la viruela símica se puede transmitir de padres a hijos a través de la leche materna; se trata de un ámbito que necesita más estudios”, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el apartado dentro de su web dedicado a la “ viruela símica” o “ monkeypox” como también se le llama a esta enfermedad, actualizado al 12 de julio de 2022.

“ Se desconoce si el virus de la viruela del mono está presente en la leche materna”, señalan por su parte los CDC en la lista de “ Consideraciones clínicas para la viruela símica en personas embarazadas o en período de lactancia” que publicó en su sitio en línea, actualizado el 18 de julio de 2022, y fue la respuesta que nos enviaron desde su Oficina de Medios a elDetector tras consultar vía email a esta institución.

“El virus se ha encontrado en semen y probablemente se encuentre en cualquier líquido corporal, incluyendo leche materna. Pero, al igual que como ocurre con la presencia del virus en semen, que no es una prueba de que su transmisión es por el semen y no por contacto corporal íntimo, la presencia de virus en leche materna no es una prueba de que ese fuese el mecanismo de transmisión al bebé”, precisó vía WhatsApp a elDetector el virólogo y profesor de la Universidad de Maryland, José Esparza.

La OMS agregó que aunque “se han encontrado trozos de ADN del virus de la viruela símica en el semen”, todavía se desconoce si puede propagarse a través de este u otros fluidos corporales, como “líquidos vaginales, líquidos amnióticos, la leche materna o la sangre. Se están realizando investigaciones para obtener más información”. Mas esto no significa, por ejemplo, que por encontrarse en esos fluidos sea esta una forma de transmisión.

“Dado que el virus de la viruela del simio se propaga por contacto cercano y que la infección neonatal por la viruela del simio puede ser grave, la lactancia debe retrasarse hasta que se cumplan los criterios para suspender el aislamiento (es decir, todas las lesiones se hayan resuelto, las costras se hayan caído y una nueva capa de piel intacta se ha formado)”, refieren los CDC en su página web en cuanto a lo que, en general, debe seguirse en caso de se registre el contagio en la persona que amamanta.

“Si la mamá está infectada, puede transmitir el virus al bebé por contacto con lesiones en la piel. Por eso se desaconseja la lactancia materna. Sin embargo, en muchos países muy pobres, no hay alternativa real para la lactancia materna y eso presenta un dilema que debe ser resuelto por el médico y los padres”, explicó Esparza.

La OMS identifica que la enfermedad se propaga “cara con cara, piel con piel, boca con boca o boca con piel, incluido el contacto sexual (…) Las úlceras, lesiones o llagas en la boca pueden ser infecciosas, lo que significa que el virus puede propagarse por contacto directo con la boca, gotículas respiratorias y posiblemente a través de aerosoles de corto alcance”.

También una persona puede infectarse si toca “prendas de vestir, ropa de cama, toallas, objetos, aparatos electrónicos y superficies” que hayan sido manipulados por una persona con el virus.

Suspender la lactancia es una decisión que depende de cada caso

Las recomendaciones de la OMS y los CDC, así como expertos en virología y epidemiología consultados por elDetector, coinciden en que suspender o no la alimentación de los bebés por esta vía cuando ellos o la persona que amamanta están contagiados es una decisión que deben tomar sus médicos, según las circunstancias de cada caso.

Al respecto, Silvana Zapata, epidemióloga y profesora de la Universidad de Antioquia, en Colombia, en entrevista vía WhatsApp con elDetector, resaltó que se debe tener en cuenta “ especialmente la situación socioeconómica de la madre y el bebé al decidir no amamantar, ya que, por ejemplo, en países de bajos y medianos ingresos, los beneficios de la lactancia materna pueden superar el riesgo de infección por viruela símica”.

Esto significa que aun cuando por el contacto cercano aumenten las posibilidades de contagiar al bebé, privar de los aportes nutricionales e inmunológicos que naturalmente brinda la leche materna sería desfavorable para ayudar al lactante a superar la enfermedad.

“Si la madre y el bebé están infectados, se debe valorar la conveniencia de que sigan juntos y mantener la lactancia materna, que podría aportar a las defensas del bebé. Todo ello depende del estado clínico que tengan la madre y el bebé”, expresó.

La consultora en lactancia materna Erika Urbáez sí recomienda “extraer y desechar la leche” si la madre está contagiada.

“ Si es solo el bebé el contagiado, puede recibir leche [materna] extraída en caso de que se decida aislarlo para evitar contagios de hermanos, madres y otros familiares”, agregó.

Los CDC señalan en sus pautas dietéticas que, al menos hasta los seis meses de edad, los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna y luego continuar la lactancia con alimentos complementarios hasta los 12 meses o más.

“Es recomendable que se enseñe a las madres que su lactancia se puede recuperar, aunque haya descenso en la producción a causa de la bajada en el estímulo diario. La extracción no solo cumple el factor protector ante [la] mastitis, sino que mantiene lo mejor posible la producción de leche durante la separación con el bebé”, explica la consultora certificada por las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Conclusión

Lo que sabemos a la fecha de esta verificación es que no hay pruebas de que la viruela del mono se transmita de personas que amamantan a bebés a través de la lactancia, ya que no hay estudios que lo confirmen. Que el virus esté presente en fluidos o líquidos corporales como la leche materna no significa que este sea un mecanismo de contagio, explicó el virólogo José Esparza. Pero como el virus se transmite por contacto directo con personas infectadas (piel con piel, por ejemplo) o con objetos manipulados por ellas, los CDC sí recomiendan que una persona que ha desarrollado la viruela del mono suspenda la lactancia hasta que la haya superado. Pero suspender la alimentación de los bebés por amamantamiento es una decisión que debe tomarse entre madres y padres y médicos tratantes según las circunstancias de cada caso, de acuerdo con las autoridades sanitarias y los expertos, pues, si las madres -por razones socioeconómicas- no tienen cómo proveer la alimentación con biberones de fórmula infantil, los beneficios de la lactancia, por los aportes nutricionales e inmunológicos que brinda naturalmente, superan el riesgo de contagio. Lee aquí cómo escogemos y asignamos nuestras etiquetas en elDetector.

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