Publicidad

Noticias Telemundo

A pesar de ser un país donde se dan de forma recurrente inundaciones, sismos y huracanes, México cuenta únicamente con protocolos parciales de protección civil estatales y federales que se enfocan en distribución de ayuda humanitaria y en la reconstrucción. Especialistas en riesgos consultados por Univision Noticias consideran que la respuesta del gobierno ante la emergencia causada por el huracán Otis ha sido “limitada”.

En México, aunque cuente con algunas estrategias, no hay un protocolo nacional que especifique paso a paso la forma en que deben proceder las autoridades en un desastre natural como el huracán Otis que arrasó con el puerto de Acapulco.

México es un país que sufre constantemente los efectos de fenómenos naturales; sin embargo, “las estrategias de gestión y recuperación no son claras”, como señala Irasema Alcántara-Ayala, investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sobre los protocolos de reacción tras un desastre, afirmó por su parte a Univision Noticias Naxhelli Ruíz Rivera, coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Socio Ambientales de la UNAM, que “los esfuerzos institucionales en México se enfocan en la fase de emergencia”, la cual se está viviendo en este momento en Acapulco.

Ruíz señala que esos protocolos “se enfocan a la distribución de ayuda humanitaria y, sobre todo, en la reconstrucción, particularmente de la infraestructura crítica” (carreteras, luz, agua, entre otros).

Alcántara-Ayala, quien ha declarado en otros momentos que los estragos de las catástrofes son una consecuencia de una inadecuada urbanización, falta de planeación, condiciones inseguras, insalubridad, desigualdad y pobreza, añadió que “hay algunas cosas en papel, pero no en la práctica”.

Protocolos internacionales ante desastres naturales

Respecto a los protocolos que debe de seguir un país para la atención a desastres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó hace más de una década un documento titulado ‘Recuperación y Reconstrucción Post Desastres’, el cual arroja directrices a través de ejemplos de fenómenos naturales ocurridos en el pasado en Latinoamérica.

Tal como ocurre con los pacientes de una sala de urgencias de un hospital, quienes tienen que esperar a ser atendidos no como fueron arribando sino de acuerdo con la severidad de sus síntomas, en el caso de los desastres naturales también existen protocolos de acción para los servicios de emergencia posteriores al desastre.

La PNUD recomienda tres ejes de acción en caso de emergencia y de recuperación. El primero incluye “acciones de atención” inmediatos a que ocurrió el huracán o el sismo. Estos incluyen el control de incendios, la búsqueda y rescate de víctimas, el manejo de cadáveres, la administración de la emergencia, el reacondicionamiento y recuperación del personal y el manejo de suministros. Ninguna de estas tres acciones, recomienda la oficina, deberá continuar en los otros dos ejes de acción, es decir, solo deberán ponerse en marcha durante la fase de emergencia.

La entrega de ayudas humanitarias se incluye en el primer eje de “acciones de atención” y continúa en el segundo eje llamado “acciones de recuperación temprana”, que sigue con la entrega de ayudas a la población vulnerable. Enseguida, también en un primer eje de acción recomienda realizar una evaluación de los daños que debe continuar hasta el tercer eje denominado “acciones de mediano y largo plazo” o, como lo menciona Ruíz Rivera: las fases de recuperación y reconstrucción.

A partir de este punto, los siguientes: alojamientos provisionales, la rehabilitación de la accesibilidad para la atención, el despeje de escombros, la evacuación y el entorno, la atención médica de emergencia, la salud pública (saneamiento básico, salud mental), la seguridad ciudadana, cooperación nacional e internacional para la ayuda humanitaria se extenderán en los tres ejes.

Para poner en práctica las acciones, el PNUD recomienda contar con estrategias e instrumentos que se pueden desarrollar como parte del proceso de Planeación de la Recuperación que “permiten o contar con herramientas para aumentar la resiliencia y reducir vulnerabilidades o tener preparadas las bases para orientar la recuperación”.

A pesar de ser firmante del Marco de Sendai, el cual se enfoca en adoptar medidas sobre riesgo de desastre para poder prevenir la creación de nuevos riesgos, reducir los riesgos existentes y para aumentar la resiliencia, México no ha adoptado las recomendaciones del PNUD en un protocolo nacional de atención a desastres desde 2015.

Respuesta al huracán Otis ha sido limitada: expertos

Respecto a la respuesta de las autoridades ante el golpe del huracán Otis, el Colegio Mexicano en Gestión de Riesgos y Protección Civil, compuesto por académicos y especialistas en ese sector, dio a conocer el pasado viernes un duro posicionamiento que considera que la respuesta del Estado mexicano ha sido limitada ante las consecuencias del huracán Otis.

“La respuesta del Sistema Nacional de Protección Civil, se ha mostrado, inicialmente, ausente y, posteriormente, lenta, mediática y es percibida como la respuesta de un Estado con limitada capacidad de respuesta para enfrentar un escenario claramente previsible”, mencionaron.

Además, dijeron que es necesario que el Estado, “en conjunto con los sectores social y privado se sumen y ejerzan el liderazgo esperado por la sociedad lamentablemente afectada, que exige la selección y nombramiento de un grupo de expertos multidisciplinario, profesionales y capaces de dirigir las acciones de evaluación de daños y auxilio”.

Recursos para la emergencia, insuficientes

Respecto a si el dinero que será asignado a la emergencia será suficiente, Ruíz Rivera, quien también fue coordinadora del libro ‘Recuperaciones diversas ante el proceso de desastre’, publicado por la UNAM, aseguró que “todas las catástrofes exceden por mucho los presupuestos que se tienen porque los presupuestos están pensados digamos para eventos más frecuentes, pero más pequeños”.

Esta lógica del sistema mexicano de atención a emergencias, consideró la experta, se ha visto rebasada por la intensidad de los eventos de la actualidad. “Yo tengo una cierta cantidad (de dinero) para los huracanes que llegan cada año, que sí causan daños, pero no este nivel de daños”, mencionó.

En México se cuenta con seguros y bonos catastróficos para la recuperación en caso de desastres naturales, Ruíz Rivera consideró “no va a alcanzar, pero ni cerca para atender el nivel de daño que estamos viendo” por el ciclón.

“México no tiene los recursos ni tampoco los protocolos para cobrar y para distribuir ayuda para eventos del que estamos viendo”, agregó. “Nuestro tamaño de fondo era 18,000 millones de pesos ($1,000 millones). Estos eventos están en el orden de los cien, doscientos, quizá hasta quinientos mil millones de pesos ($27,600 millones). Estamos hablando de muchísimo dinero más. Nada va a alcanzar”.

Ruíz Rivera opinó que “se tiene que atender a toda la población posible”, pero considera que el recurso se quedará en la fase de emergencia.

En sus recomendaciones de hace más de una década, el PMUD aseguró que “es posible planificar lo que será la recuperación antes de que el desastre ocurra (…) prever anticipadamente las políticas, mecanismos e instrumentos y formular orientaciones, realizar acuerdos y arreglos institucionales para que se desarrolle de manera oportuna y eficaz un proceso de recuperación post desastre”, algo que México, a pesar de ser un país de desastres naturales, no ha realizado por completo.

Locals remove debris left by the passage of Hurricante Otis in Puerto Marques, Guerrero State, Mexico, on October 28, 2023. The death toll from an extraordinarily powerful hurricane that blasted the Mexican resort city of Acapulco rose Saturday to 39, the Mexican government said. (Photo by Rodrigo OROPEZA / AFP) (Photo by RODRIGO OROPEZA/AFP via Getty Images)
Publicidad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.