Faby Navarrete/ Tu Tiempo Digital
Hola a todos, descansando en el Señor me encuentro este día y pido constantemente en oración que cada vez más y más personas puedan ir a los brazos de Nuestro Padre y entregarle todas sus cargas para que puedan caminar más ligeros.
En esta ocasión, el Señor ha puesto en mi corazón hablar sobre la relación que debemos tener con Dios y lo importante que es ganarnos la amistad del Señor. Hoy abarcaremos este tema con el mensaje que se encuentra en Job Capítulo 22.
Como muchos de ustedes ya saben, la vida de Job tuvo una gran relevancia, tanto así que es uno de los libros de la Biblia. Este hombre, a quien Dios consideraba un hombre con muy buenas cualidades, tuvo que atravesar situaciones muy difíciles para consolidar su relación con Dios. De hecho, el primer versículo de este libro destaca esas cualidades de este varón que de acuerdo a Dios, era perfecto, recto, temeroso de Él y apartado del mal.
Job trató siempre de cumplir con todas las reglas que en su tiempo se debían seguir y también en su vida personal trataba de comportarse como a Dios le agradaba. Ofrecía ofrendas al Señor cuando sus hijos, quienes ofrecían fiestas muy a menudo, cometían pecados. Además era un hombre que prosperaba en todas las áreas de su vida.
Como muchos de nosotros sabemos, ser agradecido con Dios es más fácil si estamos viviendo temporadas buenas. Sin embargo, el verdadero amor y fidelidad a Dios se demuestra cuando uno se mantiene con ese mismo agradecimiento al Señor mientras pasamos por situaciones adversas.
A Job le tocó pasar por muchas situaciones difíciles en casi todas las áreas de su vida: en lo económico, en su salud, e incluso al perder a sus hijos. Es más, por si fuera poco, su propia esposa en lugar de alentarlo, como todo ayuda idónea debe hacer, lo desalentó y le dijo que ya dejara de honrar a Dios, que mejor lo maldijera y se muriera. (Job 2:9).
Hoy retomaremos el mensaje que se encuentra en Job Capítulo 22. Este mensaje se lo dio Elifaz a Job. Este hombre fue uno de los consoladores de Job quien acudió a su ayuda para tratar de animarlo. Pero es también un mensaje que Dios nos da a cada uno de nosotros en este día. Job 22:21 “Vuelve ahora en amistad con él y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien”.
Estas palabras nos invitan a ir a los brazos de papá y pedirle que nos cuide y nos proteja. El Señor, además de brindarnos su amistad, nos derramará esa paz que no se puede explicar con palabras y que sólo cuando se vive, se puede comprender. Esa paz que nos ayuda a mantenernos calmados y con gozo aún en medio de la tempestad.
Sólo de la mano de Dios podremos recorrer los caminos sinuosos y recibir la fortaleza, sabiduría y templanza que necesitamos para poder seguir adelante. Es Jesús nuestro amigo más fiel y el único que nunca nos abandonará. Y así, además de recibir paz, prosperaremos en todo lo que hagamos.
Así también, en otro versículo de este mismo capítulo nos recuerda la importancia de leer la Palabra de Dios y guardarla en nuestro corazón. Job 22:23 “Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón”. Si la Palabra de Dios mora en nuestros corazones podremos también llevarla por obra y seremos bendecidos en todo lo que hagamos.
Job lo perdió todo pero aprendió a conocer verdaderamente a Dios y por eso el Señor le multiplicó todo aquello que le fue arrebatado. Job pudo decir: “De oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).
Hoy me despido con estas hermosas palabras que es lo que deseo para todos ustedes y lo que Dios quiere para nuestra vida. Job 22:28 “Determinarás asimismo una cosa, y te será firme y sobre tus caminos resplandecerá luz”.
Deseo con todo mi corazón que ustedes puedan tomar decisiones correctas y que no duden nunca en hacer la Voluntad de Dios. Que su vida esté siempre llena de luz, pero que también, ustedes puedan ser luz para otros.
Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.
