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Sherri Papini, una madre californiana que desapareció durante semanas en 2016 y afirmó que había sido secuestrada a punta de pistola, se inventó la historia y se había quedado con un exnovio, según anunciaron las autoridades el jueves. Papini, que ahora tiene 39 años, fue arrestada el jueves. Está acusada de mentir a los investigadores en 2020 cuando se le presentaron pruebas de que el secuestro era falso y de defraudar a California más de 30,000 dólares en dinero de asistencia a las víctimas, anunciaron las autoridades policiales.
La desaparición de Papini en el norte de California en noviembre de 2016 desencadenó una búsqueda a nivel nacional en la que participó el FBI. Tres semanas más tarde fue encontrada a lo largo de la Interestatal 5 en el condado rural de Yolo, con una cadena alrededor de su cintura y una “marca” en su hombro que ella dijo que fue infligida por sus captores, según los documentos judiciales. “En última instancia, la investigación reveló que no hubo ningún secuestro”, aclaró en un comunicado Phillip A. Talbert, fiscal del distrito este de California, que recordó que se invirtieron “incontables horas” no sólo en la búsqueda de ella, sino de los supuestos secuestradores.
Papini se enfrenta a cargos por hacer declaraciones falsas a las fuerzas del orden y participar en un fraude postal, según la oficina del fiscal. Papini se encontraba bajo custodia el jueves. Su caso no aparecía en los registros del tribunal federal en línea, y no estaba claro si tenía un abogado que pudiera hablar en su nombre. Papini, de Redding, fue reportada como desaparecida el 2 de noviembre de 2016, después de que no recogiera a sus dos hijos en la guardería. La última vez que se la vio fue haciendo ejercicio en su barrio, y su teléfono móvil con auriculares se encontró en un cruce.
El 24 de noviembre de 2016, fue encontrada en la I-5 con heridas que, según las autoridades, se había autoinfligido. La joven declaró a los investigadores que dos mujeres latinas con una pistola la mantenían cautiva, y la policía buscó a esas personas y reclutaron a un dibujante del FBI para hacer los retratos robot, según confirmó un agente de la agencia en una declaración jurada presentada en el caso criminal. En 2020, el ADN encontrado en la ropa de Papini, que se introdujo en una base de datos y se comprobó de forma rutinaria, condujo finalmente a los investigadores hasta su exnovio, según la declaración jurada.
Ese exnovio declaró a los investigadores que Papini le pidió ayuda y que necesitaba alejarse, que él accedió a conducir para recogerla en Redding, y que ella se quedó en su casa de Costa Mesa en el área de Los Ángeles todo el tiempo. El joven dijo que no sabía “cuál era el plan final” o si volverían a estar juntos, según la declaración jurada. Panini le pidió que la marcara en un momento dado, lo que hizo con una herramienta para quemar madera, y finalmente pidió que la llevaran de vuelta al norte de California. Los investigadores dicen que la historia del exnovio fue corroborada con recibos de alquiler de coches y registros telefónicos, y que la expareja conocía detalles no conocidos por el público.
También declaró a las autoridades que inicialmente pensó que sólo estaba ayudando a una amiga, pero después de ver las noticias sobre las reclamaciones de secuestro posteriores se preocupó, según la declaración jurada. Decidió no hacer ninguna llamada, pero supuso que si se descubría la verdad la policía acudiría a él y cooperaría.
En agosto de 2020, los investigadores entrevistaron a Papini de nuevo y ella repitió partes de su historia sobre las mujeres con un arma, y cuando se le confrontó negó que hubiera estado con su expareja, según la declaración jurada. “Todos los involucrados en esta investigación tenían un objetivo común: encontrar la verdad sobre lo que sucedió el 2 de noviembre de 2016 con Sherri Papini y quién fue el responsable”, explicó el sheriff del condado de Shasta, Michael L. Johnson, en el comunicado del jueves.
