Fabiola Navarrete/ Tu Tiempo Digital
Hola a todos, asombrada al seguir viendo como Dios nos muestra su amor en cada detalle de la creación, me dirijo hoy a ustedes. Pido al Señor sea su Espíritu Santo el que guíe en todo momento mis palabras para que este mensaje llegue a toda aquella persona que lo necesite.
Hoy hablaremos sobre un tema imprescindible en la vida de todos y del cual ya hemos hablado en otras ocasiones. Se trata de la paz. Cada que escuchamos esta palabra la relacionamos primeramente a la ausencia de problemas o conflictos entre naciones. En efecto, eso significa la palabra paz en su definición más general. Lo contrario de la paz es la guerra. Hoy más que nunca parece que este mundo está muy alejado de esa paz porque a nuestro alrededor sólo observamos conflictos entre naciones.
Sin embargo, en cuanto al ser humano se refiere, la paz es ese estado de tranquilidad, sosiego o quietud que experimenta una persona. Todos deseamos estar en este estado y cuando lo logramos, queremos permanecer así. Es fácil estar en paz cuando todo a nuestro alrededor está bien. El verdadero reto es mantenerse con esta serenidad, aun cuando atravesamos situaciones adversas.
Es por eso que hoy recordaremos lo que Dios nos dice acerca de la paz en su Palabra. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Esta es una de las más hermosas promesas que Dios nos ha dado y sé que muchos de nosotros ya hemos sentido esta paz que sobrepasa todo entendimiento. La sensación de paz no debe estar determinada por nuestras circunstancias, sino por ese amor que Dios derrama sobre nosotros, que es lo que nos da la seguridad y confianza de que todo estará bien. Cuando logramos ver con los “ojos de Dios” es ahí cuando llega esa paz porque sabemos que Dios ve las cosas de otra manera y que quiere siempre lo mejor para nosotros.
En la segunda parte de esta cita que estamos estudiando hoy, vemos que dice algo muy importante. Tendrá paz aquel cuyo pensamiento en Dios persevere y quien en Él confíe. Esto sólo se puede lograr al mantener una estrecha relación con Dios a través de la oración y la lectura de su Palabra. También se debe llenar la mente y el corazón de todas esas cosas buena, dignas, puras, de buen nombre y todo aquello que agrade a Dios.
La paz de Dios es perfecta y completa y es todo lo que necesitamos ante cualquier situación. Confiar en Dios y en su sabiduría es la única elección, que nunca desilusiona. Es así como nos sentiremos totalmente seguros.
Recordemos que el mismo Jesús nos dijo en Juan 14:27 “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tengan miedo”. Jesús supo recibir esa paz cuando estuvo entre nosotros y sólo así logro cumplir con su Propósito.
Sin importar el problema que se te presente, si la paz de Dios vive en ti, nada podrá hacerte sentir inseguro. Billy Graham dijo: “Aunque las tormentas rujan, nuestros corazones estarán tranquilos, porque en Dios encontramos paz”.
Es así como hoy los invito a que busquemos que nuestro pensamiento esté siempre enfocado en Dios y que nuestro corazón no se turbe ante nada.
Me despido con estas palabras que se encuentran en Filipenses 4:7 “Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.
Les amo, les abrazo y primero Dios los veo muy pronto.